Un radical cambio ha sufrido el caso que generó conmoción e incluso reuniones de emergencia en España luego de que el joven de 20 años, que dijo ser víctima de agresiones de odio por ser homosexual, sostuvo que en realidad las marcas con navajas en su cuerpo fueron consensuadas mientras mantenía relaciones sexuales con otra persona.
Así lo confirmaron fuentes del Ministerio del Interior español un día después de los hechos vinculados a crímenes de odio impulsaron al gobierno de Pedro Sánchez a realizar reuniones de urgencia para tratar estos temas, además de un marcha que fue organizada por integrantes de la comunidad LGBT en Madrid.
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"El joven que el domingo denunció una agresión en el barrio de Malasaña de Madrid ha decidido rectificar su declaración inicial y ha declarado que las lesiones inicialmente denunciadas fueron consentidas", revelaron las fuentes del Ministerio del Interior.
Fue el joven quien hizo la denuncia el domingo, afirmando que ocho encapuchados lo atacaron en el portal de su casa, en un barrio del centro de Madrid, le pegaron y le grabaron con un cuchillo en el glúteo la palabra "maricón".
Esta denuncia tuvo un amplísimo eco en los medios de comunicación españoles, así como en partidos políticos y distintas asociaciones, que denunciaron con dureza los hechos.
La reunión que impulsó el gobierno de Sánchez estaba prevista para este viernes, luego de conocerse el caso, el cual se estaba asociando a otras series de violencia que han vivido las personas de la comunidad LGBT en el país europeo. La instancia de las autoridades se considera bajo la comisión de seguimiento del plan nacional de lucha contra los delitos de odio.
Por su parte, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), junto a otros colectivos, convocaron para el próximo domingo una concentración en Madrid con el lema "Nos están matando".
Pero, ni las imágenes grabadas por las numerosas cámaras instaladas en la zona lograron captar imágenes de la supuesta agresión, ni se localizó a testigos de la misma.
Este miércoles, los investigadores acudieron al domicilio del denunciante para trasladarle a Comisaría para una nueva declaración ante las dudas que suscitaba su primera versión, y éste reconoció que las heridas fueron consentidas mientras mantenía relaciones sexuales con otra persona.
Cuando ocurrieron los hechos, el joven no avisó a los servicios de emergencia, sino que se desplazó por sus medios a un centro sanitario y varias horas después acudió a una Comisaría de Policía a denunciar los hechos.
Con los nuevos datos que aporte el joven, la Policía citará a declarar a la persona con la que mantuvo las relaciones sexuales con el objetivo de corroborar esta versión, precisaron fuentes de la investigación.
El caso ha generado un encendido debate en España
Tras conocerse el desmentido, la ministra de Igualdad, Irene Montero, de Podemos, pidió no minimizar este tipo de agresiones, recalcando que "los delitos de odio contra el colectivo LGTBI se han incrementado en un 43 por ciento en el primer semestre de 2021. Que el árbol no nos impida ver el bosque".
En declaraciones a la televisión La Sexta, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, calificó de "anecdótico" que la agresión acabara siendo falsa, porque "los delitos de odio se han incrementado" un 9 por ciento en el primer semestre de 2021.
Sin embargo, el Partido Popular le recriminó los reproches de los que fue blanco: "¿Sabía Marlaska esta mañana, cuando acusó a otras formaciones políticas de generar odio, que todo era falso? Si lo sabía, mal; si no, peor", escribió en redes sociales Teodoro García Egea, secretario general de la formación.
Mientras que en redes sociales, usuarios y activistas también surgieron reproches a la falsa víctima, lo cual ha generado un intenso debate sobre la situación.
"Este imbécil acaba de dar alas él solito a todos los discursos ultras y a todos los agresores. Qué impotencia y qué rabia", escribió en Twitter el activista y cineasta Javier Giner.
El ataque se produjo apenas dos meses después del asesinato de un joven homosexual en el noroeste del país, Samuel Luiz, un auxiliar de enfermería de origen brasileño de 24 años que murió tras una paliza en La Coruña que se sospecha que tuvo motivaciones homófobas, y que provocó nutridas manifestaciones en contra.