En todo el mundo hay grandes historias de éxito, como el ser el primer integrante de una familia en graduarse de la universidad, enfrentando dificultades como tener escasos recursos, recorrer una gran distancia para estudiar o la vocación a la que se dediquen algunos padres de familia.
Este es el caso de Macarena Martínez, una joven de 25 años, originaria de San Carlos de Bariloche, Argentina, quien se convirtió en la primera persona de su familia en graduarse de la universidad, como licenciada en Administración.
- Te recomendamos "Está enfermo en las drogas; lo quiero internar pero no me dejan": mamá de joven que robó bici en Argentina Internacional
De acuerdo con el medio Unidiversidad, Macarena proviene de una familia que toda su vida se ha dedicado al cultivo de ajo, papa, cebolla y tomates.
Al ser la mayor de cuatro hijos, Macarena trabaja en el campo junto a sus padres hasta 12 horas diarias, para poder cumplir con su sueño de ir a la universidad, lo que en poco tiempo se hizo realidad.
La joven estudió casi toda su carrera en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo y un semestre en Turquía; sin embargo, actualmente la tesis es lo único que la separa de su título como licenciada en Administración.
Pese a ello, está segura de que quiere utilizar su grado escolar para continuar estudiando y ayudar en el negocio familiar.
"Con mis estudios, quiero devolver a mis padres todo lo que me dieron, todo el esfuerzo que pusieron para que yo pudiera estudiar. Ellos lograron terminar la primaria, por eso siempre nos alentaron, a mí y a mis hermanos, a seguir estudiando.
"Yo veía en las películas a gente que iba a la universidad y que viajaba, y no creía que iba a lograrlo, porque no sabía si mis papás podían costear ese desafío, pero siempre estuvieron para mí y me dijeron que yo iba a conseguir todo lo que quisiera", dijo.
Narró que el negocio familiar comenzó hace poco más de 10 años, cuando su abuelo y su padre compraron un terreno y comenzaron a cultivar para ellos mismos, por lo que recuerda que ella creció rodeada de animales y plantas.
No obstante, desde pequeña le tocó realizar diversas tareas como cuidar a su abuela o trabajar junto con sus padres en los cultivos.
Mencionó que ahora, su padre se dedica exclusivamente a trabajar la tierra y su madre realiza tareas administrativas y de comercio, además de las labores del hogar, mientras que sus hermanos de 24, 22 y seis años continúan estudiando, al igual que ella.
Para acudir a la universidad, Macarena no sólo se enfrentó a el tener que generar los recursos necesarios para ello, sino que también a mudarse a la ciudad, aprender a usar el transporte público e incluso a enviar documentos de manera digital.
"Fue un gran cambio el pasar del campo a vivir en la ciudad, acostumbrarme a tanta gente, ruidos, autos, micros. Acá, en la zona, hay un terciario, pero yo quería saber qué se sentía estar en la universidad, cómo eran la vida y los estudios. Al principio, pensaba estudiar Traumatología porque de chica sufría dolores en mis piernas y los médicos no sabían qué me pasaba.
"Después pensé en Contabilidad porque mis papás tenían un contador para las cosechas, y yo los quería ayudar, pero cuando conocí Administración, me imaginaba viajando mucho y siendo más sociable, y eso me gustaba", detalló.
Al iniciar sus estudios, Macarena vivió con una amiga de su mamá, pero cada fin de semana viajaba de regreso a su casa para ver a su familia.
"Salía rápido de la escuela e iba corriendo a tomar el colectivo que me dejaba en la ciudad para estar a las 16 en la facultad. Una vez que ingresé, me ayudó muchísimo Marta, la amiga de mi mamá, que se ofreció a darme una habitación en su casa y hasta me acompañaba a tomarme el colectivo", platicó.
Poco tiempo después, la joven logró obtener una beca para estudiar un semestre en Istanbul Aydin University, en Turquía, lo que a su vez le permitió viajar y conocer otras culturas.
FLC