Jessica Brady, era una joven de 26 años que murió de cáncer en etapa 4 luego de que su médico de cabecera le dijera que tenía una infección urinaria y covid cuando realmente estaba enferma de cáncer en una etapa peligrosa.
La madre de la joven compartió con el medio Daily Mail que su hija intentó por todos los medios conseguir una cita presencial con su doctor pero como su enfermedad ocurrió en plena cuarentena por la pandemia de covid sólo le dio consulta virtual en las que le dijo que por los síntomas que presentaba "no era nada grave".
De acuerdo con información compartida por la madre de Brady, su hija también fue diagnosticada por el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido con una infección urinaria y covid prolongado, a pesar de que no le realizaron ningún análisis de orina o pruebas de covid para cerciorarse del diagnóstico.
La madre de la joven reveló que durante varios meses, su hija padeció goteo nasal agudo, vómitos, pérdida de peso y tos que duró cinco meses.
Finalmente, Jessica decidió buscar un especialista por cuenta propia en una institución privada y fue ahí en donde le dijeron que tenía cáncer en etapa 4 de origen primario desconocido, lo que significaba que el cáncer en su cuerpo estaba tan avanzado que no se podía identificar dónde se originó.
Tres semanas después del diagnóstico, Jessica murió según lo confirmó su madre al medio británico Metro: "Jess murió tres semanas después de su diagnóstico, el 20 de diciembre de 2020", la joven murió en las primeras horas de la mañana mientras su familia dormía.
El cáncer de Jessica se había extendido a la columna, el hígado, el estómago, los pulmones, los huesos y los ganglios linfáticos.
Había contactado con su médico de cabecera 20 veces, pero sus diagnósticos "no estaban fundamentados", afirma Andrea.
La madre de Jessica mencionó que los cuatro doctores que vio su hija antes de saber que tenía un cáncer muy agresivo posiblemente pensaron que como era joven no tenía un alto riesgo de cáncer, por lo que su médico de cabecera asumió que no le pasaba nada grave.
"Si uno de los cuatro médicos que trataron a Jess se hubiera tomado un momento para reflexionar y revisar su caso de nuevo, entonces posiblemente habría sido afortunada", añadió Andrea.
"Que te digan que no hay esperanza, que morirás y pronto, es lo más bajo de lo bajo".
Jessica ingresó en el hospital el mismo día de su diagnóstico, en ese momento, relató la madre, su hija no podía levantarse de la cama debido a sus necesidades de oxígeno.
Andrea ahora está haciendo campaña por un cambio positivo como resultado de la trágica muerte de su hija. En los últimos tres años, una campaña a favor de la Ley de Jess había acumulado más de 323 mil firmas.
Andrea dijo: "La propuesta de la Ley de Jess es simple: si, después de tres consultas, la condición de un paciente sigue sin resolverse, o los síntomas están aumentando y/o no tienen un diagnóstico fundamentado, el caso del paciente debe ser elevado para revisión y una nueva evaluación", concluyó.
JCM