No es muy común hallar un refugio para aves que las ayude a recuperarse tras resultar heridas por alguna situación; sin embargo, una joven se dedica a darles amor y cuidadas para que vuelvan a ser libres.
Daniela Festorazzi lleva más de seis años con un refugio de aves donde ayuda a palomas, gallos, gallinas, pájaros, entre otros, que los alimenta y cuida para después liberarlos.
Paloma herida
Todo inició cuando Daniela halló una paloma lastimada en la calle y al no saber dónde llevarla, qué hacer o qué darle de comer, "me encontré con un mundo super difícil".
La joven explicó que Susana, la primer paloma rescatada, le iba a provocar enfermedades y que se iba a morir, "me metían miedo y presión. Claramente no les hice caso, la llevé a un veterinario, la cuidé, mejoró y la pude liberar".
"Es muy difícil que alguien se contagie alguna enfermedad por atender o darle tránsito a un ave. No les va a pasar nada, yo rescaté alrededor de 500 aves, las tengo en mi casa y nunca me contagie nada".
Después de que Susana fue libre, un par de días después volvió a la puerta donde Daniela trabajaba, "la reconocí y no lo podía creer, me puse a llorar y le di unas semillas. Ahí me di cuenta que ellas sienten y entienden como cualquier animal".
En ese momento, la mujer buscó a profesionales y se fue capacitando sobre el cuidado de las aves, de las que ahora ayuda son: dos aves rapaces, dos gavilanes mixtos, un loro, gallos, cotorras y una catita chiriri, entre otras.
"Algunas están en tratamiento y las tengo hasta que estén en condiciones de soltarlas, pero otras quedaron discapacitadas por ejemplo por un disparo y ya se instalaron acá".
Actualmente, la rescatista cuenta con una organización y también redes sociales donde comparte el proceso de recuperación de las aves, además, pide colaboraciones para los que quieran y puedan donar para poder seguir sosteniendo los gastos de traslado, atención, alimentación y medicamentos.
LG