Un juez federal estadunidense en Washington rechazó las peticiones de dos tribus indígenas para detener la construcción del último tramo del oleoducto Dakota Access Pipeline, que se reinició el pasado jueves, tras permanecer detenida por meses de continuas protestas.
El juez James Boasberg, de la Corte Federal del Distrito de Columbia, rechazó la petición de las tribus Standing Rock Sioux y Cheyenne River Sioux de suspender el proyecto, pues consideran que el oleoducto pone en riesgo sus fuentes de abastecimiento de agua y les impedirá practicar ceremonias religiosas.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos concedió la semana pasada el derecho de vía para que el oleoducto pueda cruzar por debajo del Lago Oahe, sobre el río Misuri, al norte de la reservación de la tribu Standing Rock Sioux.
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El Cuerpo de Ingenieros, entidad responsable de evaluar y expedir permisos para todos los cruces de tuberías bajo cuerpos de agua, eliminó además la orden para que se efectúe un estudio de impacto ambiental, emitida en los últimos días de la administración del expresidente Barack Obama.
La compañía Energy Transfers Partners construye el oleoducto para transportar unos 570 mil barriles de petróleo crudo diarios por mil 885 kilómetros, desde la Cuenca de Bakken, en el noroeste de Dakota del Norte, hasta la comunidad de Patoka, en sureste de Illinois, donde convergen múltiples oleoductos.
El oleoducto está casi concluido y sólo se necesita construir un tramo final bajo el lago Oahe, que forma parte del sistema del río Misuri, para completar la tubería.
La tribu Standing Rock Sioux, otras etnias y cientos de activistas ambientales lograron detener la construcción del ducto con protestas que se prolongaron entre agosto y diciembre pasados, y que tuvieron apoyo en varias ciudades de Estados Unidos.
Ante las manifestaciones, bajo el gobierno de Obama, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército negó en diciembre el permiso de construcción del último tramo del oleoducto, al sostener que se deberían explorar rutas alternativas, y ordenó entonces la elaboración de un estudio de impacto ambiental.
Sin embargo el pasado 24 de enero, cuatro días después de su toma de posesión, el nuevo presidente Donald Trump firmó un memorando en el que ordenó al Cuerpo de Ingenieros del Ejército revertir la disposición y acelerar el proceso de revisión y aprobación de la obra.
La ruta proyectada del oleoducto cruza bajo terrenos privados a lo largo de 50 condados de los estados de Dakota del Norte, Dakota del Sur, Iowa e Illinois, y de acuerdo con la compañía Energy Transfer Partners, “fue cuidadosamente diseñada para transportar crudo de la forma más segura y eficiente posible”.
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