Justicia española decide la suerte de Urdangarin

El ex duque de Palma y cuñado del rey Felipe VI espera en Suiza el fallo del Tribunal Supremo por delitos de malversación y fraude.

José Antonio López
Madrid /

En los próximos días, el ex duque de Palma Iñaki Urdangarin podría cambiar su lujosa vida en Ginebra por una celda de tres por tres metros en una prisión española. Eso lo decidirá el Tribunal Supremo, que este miércoles revisará la sentencia del también ex jugador de balonmano.

El año pasado, la Audiencia de Palma condenó al marido de la infanta Cristina, hermana menor del rey Felipe VI, a seis años y tres meses de cárcel por los delitos de malversación, fraude, tráfico de influencias, prevaricación y dos delitos contra la Hacienda pública.

Urdangarin, desempleado desde 2016, ve pasar los días caminando por el lujoso barrio de Florissant, uno de los más exclusivos de la capital suiza, donde vive con su familia y realiza labores domésticas en lo que su esposa vuelve del trabajo.

Convertido en persona non grata en su propio país, en donde los primeros que no quieren saber nada de él son los actuales monarcas Felipe y Letizia, Urdangarin suma además el repudio de la sociedad.

Atrás quedaron sus prepotentes visitas a los políticos y empresarios más poderosos de España a los que prácticamente les exigía fondos y “asesorías” (que consistían en copiar y pegar textos de internet, como se demostró ante el juez José Castro) para su fundación “sin ánimo de lucro”: el Instituto Nóos, que fundó con su ex profesor y amigo Diego Torres, también condenado.

Según la prensa española, los ex duques pagan al mes 6 mil euros por el alquiler de su departamento, mientras gozan de los servicios del Estado español, es decir, transporte y escolta.

La pregunta que muchos españoles se hacen es: ¿de dónde sacan el dinero para un tren de vida que tiene todo menos de ordinario, cuando además sus bienes han sido embargados? Según el diario El Mundo, el salario que el banco español La Caixa paga a Cristina, que se salvó de ir a la cárcel, por trabajar en sus oficinas de Suiza, es de 238 mil euros brutos al año: unos 17 mil euros al mes libres de impuestos.

Sus cuatro hijos, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene acuden a la Escuela Internacional de Ginebra, un centro privado donde terminarán su formación en francés. El monto total anual del colegio es de 114 mil euros.

Abogados, colegios, casa, comida y servicios suman una factura anual de 394 mil 500 euros, sin contar los “imprevistos” de cualquier familia normal. Y si bien de forma pública se han visto obligados a privarse de mucho, la pareja ha intentado que sus hijos noten un ambiente de normalidad. Por eso, las vacaciones son sagradas. También el curso de vela en Palma de Mallorca, donde se alojan en el Palacio de Marivent con su abuela, la reina Sofía.

Tanto Cristina como Iñaki están en terapia psicológica desde que estalló el Caso Nóos, según el diario digital El Español. Su paso por los juzgados fue casi insuperable para un matrimonio que nunca pensó en ese escenario. Pero ahora viene lo peor: la resolución hoy del Tribunal Supremo, cuando el fiscal ha pedido elevar la pena de cárcel de seis a diez años.

En la Casa Real trabajan con la hipótesis de que el cuñado de Felipe VI no se librará de la prisión y alistan un plan de contingencia para controlar los daños a la monarquía. Los monarcas y los ex duques prácticamente no se hablan desde que comenzaron a conocerse detalles del Caso Nóos.

En cualquier caso, la prensa local dice que el equipo del rey es consciente —y así se lo trasladado al gobierno de Mariano Rajoy— que su el posible ingreso a prisión dará pie a otra campaña contra la institución de la Corona, justo en momentos en que Felipe y Letizia son altamente valorados por los españoles.

La sesión del Tribunal Supremo tiene lugar un año después de que la Audiencia de Palma condenara al esposa de la infanta Cristina a seis años y tres meses de prisión, sentencia que será revisada hoy junto al caso de otros 16 acusados, en una cuenta regresiva cuyo veredicto podría demorarse un mes.

LAS MÁS VISTAS