Keiko Fujimori representa una dinastía política. Incluso algunos peruanos creen que es la candidata de un imperio familiar y recuerda (para bien y para mal), todo lo que representa Alberto Fujimori.
Esta es la tercera vez que Keiko Fujimori se postula como candidata a la presidencia de Perú, un país con el 30% de su electorado indeciso sobre la emisión de su voto.
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Para Salvador Percastre, presidente de la Red Iberoamericana de Investigación en Comunicación, Política y Sociedad, Perú es un país que se parece mucho a otras economías de la región. Aquí, los niveles de pobreza en 2020 se dispararon al 30%, casi 10 puntos más que en 2019, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
"Perú tiene grandes rezagos y pobreza. Si analizas las dos propuestas de campaña [de Fujimori y Castillo], notas que no hay un proyecto político, social o económico que tenga resonancia en el electorado. Si le preguntas a la gente en Lima, por ejemplo, seguramente no te sabrán mencionar las propuestas de cada candidato. Pero si les preguntas qué representa Pedro Castillo o qué representa Keiko Fujimori, seguramente te lo sabrán decir".
En entrevista con MILENIO, el experto en ciencias políticas y opinión pública dice que Keiko Fujimori trae toda la significación de su padre, Alberto Fujimori.
El especialista señala que en zonas rurales de Perú todavía hay quienes admiran la figura del expresidente detenido por crímenes contra los derechos humanos y actos de corrupción.
El legado de los Fujimori para muchos significa dictadura, muerte y represión. Sin embargo, esta imagen de la extrema derecha representa un poder contra la extrema izquierda de Pedro Castillo, el candidato rival de Keiko Fujimori.
¿Cómo sería el gobierno de Keiko Fujimori?
Al estar vinculada con operadores políticos del régimen de su padre, la candidata incluirá a figuras de extrema derecha, ideología ultra católica, con expresiones anti aborto, homófobas y contra los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Sin embargo, el especialista señala que ninguna de las dos opciones políticas incluyen propuestas tangibles para Perú.
"Ninguna de las dos opciones políticas presenta una propuesta realmente de derechos sociales. Ni el candidato de izquierda, ni mucho menos la candidata de derecha se posicionan a favor del aborto, el feminismo moderno, el matrimonio igualitario o el ecologismo. Son muy conservadores. Keiko Fujimori está a favor de uniones civiles muy matizadas, pero no matrimonios del mismo sexo. Tampoco plantean propuestas de avanzada, o muy progresistas que ofrezcan opciones modernas para Perú", dice.
En este proceso político tan polarizado el "voto de castigo" será el que defina quién de los candidatos ganará la presidencia. Por ejemplo, Fujimori acumula más de 50% de electores que respondieron que jamás votarían por ella.
Fujimori plantea "mano dura" contra la inseguridad y la violencia, una referente de autoridad. Sin embargo, no cuenta con un proyecto político que pueda distinguirse o resuene en la memoria del electorado.
Keiko Fujimori: La líder de un partido-movimiento
Los partidos políticos en Perú son formaciones políticas que realmente sirven para poder llevar formalmente la representación de un candidato, señala el especialista. Son más cercanos a un movimiento que en realidad no tienen una ideología sustentada en un programa de gobierno y se basan en simbolismos y referentes históricos.
La pandemia de covid-19 dejó a 30% del pueblo peruano en la pobreza. Según datos del INEI, esta crisis ha hecho retroceder una década al país en su lucha por eliminar la pobreza. Hoy Perú tiene los niveles de rezago de 2010, cuando el mundo seguía pagando las consecuencias de la Gran Recesión de 2008.
Percastre opina que este escenario puede ser un "caldo de cultivo" para revueltas sociales y posiciones extremistas, tanto de derecha como de izquierda.
Incluso en Perú, donde los votantes están polarizados, viven personas de clase media que se niega a la idea de un gobierno de izquierda con tintes populistas, como el que propone Pedro Castillo. Pero tampoco no están identificados con las ideas de Keiko Fujimori. Por eso no sorprende que 30% del electorado peruano no tenga claro por quién va a votar.
Si bien casi todas las encuestas le dan a Pedro Castillo hasta un 7% de votos más que a Fujimori, la ausencia de propuestas reales en ambos candidatos puede invertir los papeles el día de la votación.
Los analistas llaman "Switchers" a aquellas personas que no saben por quién van a votar. Es un voto fluctuante y movible que se mueve por la lógica de "votar por el menos peor" (sic).
¿Qué le depara a Perú si Keiko Fujimori gana la presidencia?
En cualquier caso, el ganador o la ganadora de las elecciones tendrá una ardua tarea por delante. El hecho de ganar en un país tan polarizado significa que deberán llamar a las fuerzas políticas de la oposición para legitimar su gobierno.
Percastre prevé que Fujimori se incline más a beneficio de los empresarios y aplique una política de "mano dura" como ha sostenido a lo largo de su campaña.
"Será un gobierno de derecha. Tampoco creo que pueda ser un gobierno absoluto porque las fuerzas políticas de izquierda y el anti fujimorismo intentarán detener cualquier intento de mano dura extrema o de un autoritarismo como el que había hecho su padre".
Si bien Keiko tiene toda la herencia de su padre, es una candidata que ha constituido una figura propia, "se maneja bien en los medios de comunicación, tiene gran capacidad de discurso y es una política con mucha soltura con una gran formación académica en Estados Unidos", señala el experto.
Por otro lado, Pedro Castillo es un candidato "accidental" asociado con Hugo Chávez que ha sido llevado por las fuerzas políticas al lugar donde se encuentra hoy, y en el camino ha intentado materializar una propuesta política que no se sabe mucho hacia dónde irá.
"Pero estoy casi convencido que no será la catástrofe en ninguno de los dos escenarios y que al final tendrán que ponerse de acuerdo entre fuerzas políticas".
Percastre señala que esta será una elección interesante donde el anti fujimorismo y el anti chavismo se encontrarán de frente.
Los últimos diez presidentes de Perú han sido señalados por temas de corrupción. Por ello es importante que quien llegue a la presidencia se asegure de sumar al resto de fuerzas políticas para legitimar su mandato. Sin el apoyo del Congreso, un presidente se arriesga a su destitución.
"Los peruanos son gente muy valiente y muy valiosa. Es una tristeza que las instituciones políticas hayan llegado a este nivel de degradación, pero también hay que impulsar una transformación cultural, no solamente en Perú, sino en toda Latinoamérica", concluye.
evr