Keith Raniere, líder de la empresa NXIVM, se contagió de covid-19 durante el traslado a la penitenciaría de los Estados Unidos (USP, por sus siglas en inglés), donde cumplirá el resto de su condena, señalaron algunos de sus seguidores.
La cárcel a la que llegó el 22 de enero está ubicada en Tucson, Arizona, a pocos kilómetros de la frontera con México. La Oficina Federal de Prisiones (FBP) registró que en dicho centro penitenciario, hasta el 2 de febrero, había 11 casos activos de reos con coronavirus y 69 personas del staff contagiadas, no obstante, no hay forma de saber si entre dichas personas está Raniere.
El anuncio llega unos días después de que el juez Nicholas Garaufis otorgó al abogado del acusado, Mark Agnifilo, una prórroga para responder al gobierno sobre las recomendaciones de restitución, ingresada en la Corte de Brooklyn el 28 de enero, que reclaman decenas de personas quienes dice ser víctimas de NXIVM. En dicha respuesta Raniere y su equipo legal pueden impugnar las quejas de los afectados. Ese mismo día, Agnífilo informó al juez que Raniere estaba aislado y que no habían tenido contacto con él.
La versión de que efectivamente sí está contagiado, la confirmó a MILENIO, Eduardo Asúnsolo, quien desde la plataforma Make Justice Blind ha establecido una defensa alterna de Raniere mostrando a la opinión pública lo que a su entender son “fallas imperdonables en el debido proceso”.
Administradores de la página Make Justice Blind informaron que esta semana Raniere se comenzó a sentir mejor, en comparación con los síntomas que experimentó hace 14 días. Asúnsolo insiste en lo injusto del trato a Raniere y de lo corrupto que se halla el sistema de justicia en los Estados Unidos.
Según él, el traslado y el contagio, “confirman la continuación del trato inhumano hacia Keith Raniere por parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos”, desde su casa en Brooklyn, Asúnsolo reclama que llevar a Tucson del creador de NXIVM sólo es una treta del gobierno para “evitar que se reúna en persona con sus abogados”.
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El USP de Tucson presuntamente fue elegido por la Oficina federal de Prisiones como destino final de Raniere, porque ahí se encuentra un centro de rehabilitación para delincuentes sexuales, que conforman casi el 80 por ciento de la población en dicha cárcel. Curiosamente, en la ficha donde se confirma su estadía ahí se dice que la fecha de su liberación será en “junio del 2120”.
Según la FBP hasta ayer, 123 mil 221 internos y 36 miembros del staff carcelario habían dado positivo desde el inicio de la pandemia, además de que han muerto 213 reos y 3 policías desde marzo del 2020. El 1 de febrero se reportó el deceso por covid-19 en el USP de Tucson de Charles Purly Romero, de 64 años, quien dio positivo el 8 de enero, pese al tratamiento que le aplicaron médicos penitenciarios. Desde el 2009 purgaba cadena perpetua por robo de un banco y abuso sexual agravado.
Sin embargo, para la organización The Marshall Projecto y la agencia AP las cifras que maneja la FBP son muy optimistas. Ellos dicen que al menos uno de cada cinco prisioneros estatales y federales en los Estados Unidos se han contagiado de coronavirus, una tasa cuatro veces más alta que la registrada por la población en general. Según sus datos al menos 275 mil prisioneros se han infectado y más de mil 700 han fallecido. Los nuevos casos en las cárceles alcanzaron a fin de año su nivel más alto, superando los picos de abril y agosto.
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