Un grupo de personas linchó a un hombre que confesó ser un asesino de niños y niñas en una localidad de Nairobi, Kenia, donde llegó tras haber escapado de un calabozo con vigilancia policial, de acuerdo con información de fuentes oficiales.
Masten Milimo Wanjala, de 20 años, había sido detenido el 14 de julio tras la desaparición de dos niños y confesó que había asesinado a otros diez menores en un período de cinco años.
"Llegó a succionar la sangre de las víctimas, a través de sus venas, antes de ejecutarlos" relató entonces la Dirección de Investigaciones Criminales (DCI).
El hombre debía ser juzgado por el asesinato de dos niños, de 12 y 13 años, cuando los responsables policiales constataron que el acusado había desaparecido de su celda en circunstancias misteriosas.
Wanjala consiguió viajar cientos de kilómetros hasta el pueblo de Mukhweya, próximo a la frontera con Uganda, donde buscó refugio en casa de sus padres. Sin embargo, fue reconocido por algunos lugareños.
"Llegó anoche a la casa de sus padres, pero los vecinos lo vieron. Después de sentir peligro, Wanjala optó por mudarse a una casa cercana", declaró el comandante de la Policía de Bungoma, Musyoki Mutungi.
Tras haber sido identificado, fue expulsado de la casa de sus papás y esta mañana fue linchado en su localidad de origen, en Bungoma, a más de 400 kilómetros de la comisaría donde escapó.
"Era originario de esta región y fue reconocido por los niños. La información se extendió y los aldeanos lo persiguieron" dijo un responsable local, Bonface Ndiema. "Se metió en la casa de un vecino, pero fue descubierto y linchado".
La policía confirmó el linchamiento, aunque informó que todavía no se tenía conocimiento sobre cómo logró viajar desde Nairobi hasta su casa rural.
"Fueron los aldeanos curiosos quienes lo identificaron y procedieron a matarlo, incluso antes de que la policía pudiera ser informada", dijo el jefe policial.
Videos publicados en redes sociales mostraron a una turba enardecida que saca a Wanjala de una vivienda para golpearlo con palos y piedras.
Desde Nairobi, el Directorio de Investigaciones Criminales señaló que siempre estuvo dispuesto a que el sospechoso compareciera ante la justicia en un tribunal por cada crimen que cometió.
"Prevaleció la ley de la jungla aplicada por aldeanos furiosos. Nuestros pensamientos están con las familias de quienes perdieron a sus hijos inocentes en manos del sospechoso", agregó la agencia policial.
Wanjala fue detenido en el condado de Kajiado (fronterizo con Nairobi) y, según la policía, confesó haber asesinado a diez menores, de entre 12 y 13 años, desde 2016 en varios puntos del país.
El presunto asesino se hacía pasar por entrenador de fútbol para atraer a sus víctimas a áreas apartadas y, en algunos casos, las tomó como rehenes para pedir un rescate.
Tras su arresto en julio, Wanjala condujo a la policía a los lugares de enterramiento de sus víctimas, donde se han recuperado los cuerpos.
AS