Tropas de la misión de mantenimiento de paz liderada por la OTAN en Kosovo instalaron el miércoles vallas metálicas y barreras de alambre de espino en una ciudad del norte del país tras los enfrentamientos con serbios étnicos que dejaron 30 soldados internacionales heridos.
Cientos de personas de etnia serbia comenzaron a congregarse ante el ayuntamiento de Zvecan, a 45 kilómetros al norte de la capital, Pristina, en sus repetidos intentos de tomar las oficinas de uno de los municipios donde la semana pasada tomaron posesión alcaldes de etnia albanesa.
La OTAN decidió enviar 700 soldados más al norte de Kosovo para ayudar a sofocar las protestas violentas tras los enfrentamientos del lunes.
La confrontación comenzó la semana pasada luego de que funcionarios de etnia albanesa, elegidos en una votación boicoteada mayoritariamente por los serbios, entraron en los edificios municipales para asumir sus puestos. Cuando los serbios trataron de impedírselo, la policía de Kosovo disparó gases lacrimógenos para dispersarlos en Zvecan, lo que derivó en choques con tropas lideradas por la OTAN que dejaron 30 soldados internacionales heridos.
Los serbios étnicos han insistido en que tanto los regidores de etnia albanesa como la policía kosovar deben salir del norte del país.
Serbia puso a su ejército en estado de máxima alerta y envió más tropas a la frontera con Kosovo.
Belgrado no reconoce la declaración de independencia de Kosovo, una antigua provincia serbia, de 2008.
La mayoría de la población de Kosovo es de etnia albanesa, pero en el norte, que comparte frontera con Serbia, hay una conflictiva minoría serbia.
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