Kuwait anunció el jueves la ejecución de cinco reos, incluyendo uno condenado por un atentado contra una mezquita que dejó 27 muertos en 2015 y fue reivindicado por el grupo extremista Estado Islámico.
La fiscalía kuwaití explicó en un comunicado que los cinco reclusos fueron ejecutados en la horca. Además del atacante de la mezquita, había tres condenados por asesinato y uno por tráfico de drogas, agregó.
Uno de los asesinos ejecutado era egipcio, otro kuwaití y el narcotraficante procedía de Sri Lanka, indicó la nota, que no ofreció detalles sobre la nacionalidad del extremista ni del otro recluso, de quienes apuntó que estaban en el país de forma ilegal.
El ataque de 2015 se produjo durante el rezo de mediodía del viernes, el más importante de la semana para los musulmanes, dentro de una de las mezquitas chiíes más antiguas de Kuwait. El ISIS, que en aquel momento controlaba grandes zonas en Siria e Irak se atribuyó el ataque. El grupo extremista suní considera a los chiíes como apóstatas que merecen la muerte.
Fue el primer ataque insurgente en Kuwait, una pequeña nación rica en petróleo, en más de dos décadas. El atentado buscaba probablemente fomentar el malestar entre las poblaciones suní y chií, pero en su lugar despertó un sentimiento de solidaridad que no se veía desde la invasión lanzada por el líder iraquí Saddam Hussein en 1990.
Tras una dura campaña militar en la que participaron una serie de fuerzas, ISIS ya no controla territorios aunque sigue perpetrando atentados esporádicos en Siria e Irak. Además, cuenta con grupos afiliados en Asia y África.
Las ejecuciones son bastante inusuales en Kuwait. En noviembre del año pasado aplicó la pena de muerte a siete reos. Hasta entonces, la última vez que había ocurrido algo así fue en 2017, cuando ejecutó a siete reclusos entre los que había un miembro de la familia gobernante.