Laredo teme que el mandatario Greg Abbott vuelva a jalar el gatillo. La ciudad apenas está cuantificando el desastre que significó queel gobernador de Texas decidiera bloquear el tráfico en este punto de la frontera, el más concurrido comercialmente en toda la franja limítrofe entre México y Estados Unidos y en donde conservadoramente se estima que el daño alcanzó 4.2 mil millones de dólares a lo largo de los seis días de “inspecciones secundarias” a miles de tráileres provenientes del sur.
Si un punto sufrió por la decisión de Abbott de tomar la frontera como rehén fue esta ciudad, por donde cruzan a diario 2 mil camiones y cuya vida depende del comercio internacional como pocas en Norteamérica. Es un flujo equivalente cada hora a 28 millones de dólares en vehículos, maquinaria y equipo electrónico, además de perecederos. Es la principal arteria del TLCAN y ahora del T-MEC, un ejemplo exitoso de la integración de las economías entre México y Estados Unidos.
Hasta que el puente comercial fue utilizado como un arma de presión política en un juego que involucra la Casa Blanca.
“El gobernador Abbott para mí, con todo respeto, utilizó esto como un pretexto para llamar la atención en la frontera y la cuestión de los migrantes y las drogas que están cruzando hacia Estados Unidos (…) pero la mayoría de las drogas y humanos no pasan por el puente”, dijo a MILENIO el alcalde de Laredo, Pete Saenz.
- Te recomendamos Caintra advierte un daño a la industria si Texas impone inspecciones en la frontera Negocios
Puntualizó que ninguna de las revisiones a los miles de tráileres resultó en la detención de migrantes, drogas o armas, pero sí tuvo un éxito político: Abbott logró sentar a los gobernadores de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas para reforzar las inspecciones en la frontera y frenar los cruces irregulares. Una jugada descrita por el canciller Marcelo Ebrard como “extorsión”.
“Los arreglos están buenos, pero la cuestión es el precio que se tuvo que pagar por eso… El costo fue muy alto”, lamentó.
Lo cierto es que el juego de Abbott, que tiene que ver más con sus aspiraciones políticas que con la realidad que se vive en la frontera entre México y Estados Unidos, puso a muchos de cabeza en ambos países,
desactivando cadenas productivas a lo largo de años, como un ensamble de relojería que se ve trastocado de súbito. De la noche a la mañana, pedidos que podían llegar de una maquiladora en Matamoros una fábrica de ensamblaje en Abilene quedaron varados, afectando inventarios y fechas de entrega. El golpe fue en ambos sentidos.
“Es clave mencionar que los contenedores una vez que descargan se reutilizan para la exportación, entonces si no hay contenedores vacíos no hay carga que se pueda poner en el contenedor para que pueda regresar a México con los bienes. Eso también es otro punto clave para entender que la cadena de suministros gira y gira y en el momento en el que ponemos un punto de tensión, entonces estás quebrando la cadena completa", destacó la presidenta de la Cámara de Comercio de Laredo, Gabriela Morales.
Explicó que la decisión del gobernador de Texas para que funcionarios del Departamento de Seguridad Pública revisaran todos los tráileres provocó que de 2 mil vehículos diarios, solo cruzaran 300.
- Te recomendamos AMLO pide a Greg Abbott bajarle “una rayita” a declaraciones sobre migración Política
Por el puerto comercial de Laredo cruzan anualmente 5.1 millones de tráileres que dejan cerca de 200 billones de dólares, de ellos 90 por ciento son solo de autopartes, afectando a gigantes como Ford, Toyota o Nissan que dependen del comercio continuo de piezas entre un lado y otro. Además de los problemas de inventario, tanto en Estados Unidos como en México hubo desajustes laborales, obligando a empresas de los dos países a pagar horas extra o quedarse sin personal para continuar con operaciones.
"Los operadores pasan por aduanas en México, después ya en Estados Unidos, luego está el Departamento de Transporte, saliendo de ahí está una báscula que es más aleatoria, especialmente en el caso de Colombia donde tuvimos el retraso más fuerte. Ahí se hicieron las filas porque ya no era aleatorio, estaban revisando a todos los camiones y eso afectó a muchos, a los operadores, negocios, clientes a mucha gente”, señaló Ernesto Gaytán, gerente general de Super Transports Internacional, una empresa mexicana asentada en Laredo.
Ahora, esa fina cadena que se ha ido tendiendo en ambos lados del Río Bravo vuelve a preocuparse, ante la inminencia del fin del título 42 —que permitía expulsar a migrantes por razones de salud pública— y una previsible oleada migratoria, esperada para finales de mayo. Si Abbott decide jalar el gatillo, la economía de una región que apenas está entrando a una etapa de recuperación tras los impactos del covid-19 volvería a frenarse.
Por eso Pete Saenz pidió que impere la lógica en Washington y, sobre todo, en Austin. Ahí, en el despacho del gobernador Abbott.
“Los puentes tienen que dejarlos, tienen que ser neutrales, de haber algún otro modo que no impacten el comercio, la vida de Texas, de Estados Unidos, de México y de Canadá”, dijo.
EHR