Un despliegue especial de tropas federales brasileñas se desarrolló en varias ciudades del estado de Ceará, al noreste del país, con el objetivo de frenar violentos ataques de bandas criminales contra bancos, autobuses y tiendas, informaron ayer las autoridades gubernamentales.
Se tiene previsto que al finalizar este día 300 soldados deben estar patrullando esa ciudad y otras localidades del estado para buscar poner fin a los hechos vandálicos registrados durante cuatro días consecutivos, indicó el secretario de seguridad nacional, Guilherme Teophilo, según la estatal Agencia Brasil.
Esta intervención ocurre en la primera semana en funciones del presidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro, que asumió el gobierno de Brasil el pasado martes promoviendo el endurecimiento de las medidas de seguridad y el reforzamiento del sistema judicial.
“La gente de Ceará necesita ayuda en este momento”, afirmó el mandatario brasileño al respecto.
El ministerio de Justicia y Seguridad Pública, que ahora encabeza el popular juez anticorrupción Sergio Moro, ordenó la presencia de la policía militar en Ceará a solicitud del gobierno local, citando la naturaleza “urgente” de la amenaza.
Agregó que las fuerzas militares trabajarán en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública y Defensa Social y las policías locales.
En los cuatro días de violencia se han contabilizado 87 ataques, en varias ciudades de Ceará como Fortaleza, Sobral, Massapé,Tinguá, Pacatub, entre otras. Unos 50 sospechosos han sido arrestados y en la víspera se reportó la muerte de una persona en un choque con la policía.
En la ciudad de Fortaleza, los atacantes incendiaron en estos últimos días una veintena de autobuses, prendieron fuego a gasolineras, balearon agencias bancarias, además de vandalizar edificios e instalaciones públicas. Muchos de los comercios de la región han permanecido cerrados y los residentes se han visto obligados a quedarse en sus hogares.
En las ciudades de Sobral y Massapé, en el norte del estado, se registraron en la madrugada de ayer ataques contra el edificio de la Guardia Municipal, donde grupos de delincuentes incendiaron un vehículo oficial.
Los incidentes se desataron después del anuncio de medidas de endurecimiento del control de las cárceles, desde las cuales operan jefes de varias organizaciones de narcotraficantes.
Los cambios incluyen el bloqueo de las señales de telefonía celular y la decisión de poner fin a la separación de reclusos por facciones que controlan los presidios.
Dos bandas criminales han dejado a un lado su rivalidad para enfrentarse a las autoridades, según reportó el sitio web de noticias G1 citando a oficiales de seguridad.
El gobernante del gigante sudamericano, Bolsonaro, ha dicho que quiere acabar con la creciente criminalidad en Brasil a través de medidas como el ofrecimiento de inmunidad a soldados y policías que usen la violencia en ciertas circunstancias, y el relajamiento de las leyes sobre la posesión de armas para que los “buenos” ciudadanos puedan enfrentar a los delincuentes armados.
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Ante ola de violencia, Brasil despliega tropas
Estado de Ceará. 300 soldados se encargarán de poner final vandalismo registrado durante cuatro días consecutivos.
Río de Janeiro /
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