Inflación en Argentina se 'desacelera', pero se mantiene arriba del 50% tras elecciones

Los analistas desconocen si el gobierno de Alberto Fernández podrá entablar una renegociación de la deuda con el FMI antes de las elecciones legislativas de noviembre, en que se proyecta una ventaja de la oposición.

La derrota del oficialismo en Argentina representa un posible riesgo en las negociaciones con el FMI. (Reuters)
Editorial Milenio
Buenos Aires /

La inflación en Argentina fue en agosto de este año del 2.5 por ciento, la tasa más baja desde julio del año pasado, pero aún se mantiene en una meseta muy elevada y los expertos no descartan una nueva aceleración en los próximos meses.

Todo esto mientras el gobierno del presidente Alberto Fernández se debate entre más populismo o por un rumbo ortodoxo tras la derrota del oficialismo en las elecciones primarias frente a la coalición de centroderecha del ex presidente Mauricio Macri y el ascenso de la extrema derecha en las encuestas.

De acuerdo con los datos difundidos este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el índice de precios al consumidor avanzó en agosto el 2.5 por ciento en comparación con julio último y registró un alza interanual del 51.4 por ciento.

La evolución de los precios confirma la tendencia a la desaceleración que se verifica desde abril último, luego de que en marzo la inflación registrara un alza del 4.8 por ciento, su mayor nivel en lo que va del año. En julio último la tasa había sido del 3 por ciento.

En los 8 primeros meses del año los precios acumularon un aumento del 32.3 por ciento, superando la meta del 29 por ciento fijada por el Gobierno para todo 2021.

¿Una desaceleración o una inercia inflacionaria?

Los analistas coinciden que la incapacidad del gobierno de Fernández para contener la inflación que azota los bolsillos de los argentinos desde hace más de una década y que se agravó con la pandemia es una de las causas de la derrota que sufrió el oficialismo en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) el último domingo. Esta elección tuvo por objetivo la definición de las candidaturas para las legislativas generales del 14 de noviembre.

Pero desde el Ejecutivo de Alberto Fernández aseguran que los precios marchan por una "senda decreciente".

"Hoy Argentina está establecida en un proceso gradual y persistente de desinflación", afirmó hace unos días el ministro de Economía, Martín Guzmán..

Sin embargo, no todos interpretan la curva del comportamiento de los precios como un sendero consolidado de desinflación: hay expertos que prefieren hablar de "inercia" inflacionaria y de una "meseta" de los precios en una tasa cercana al 3 por ciento mensual, muy alta cuando se la proyecta en forma anualizada.

"Tras el pico de marzo, la inflación mostró cierta reducción hasta junio para después amesetarse en torno al 3 por ciento", dijo la consultora Analytica en un informe.

Para la consultora, la "menor volatilidad mensual de la inflación, producto de los controles de cambios exige de una mayor dureza fiscal y monetaria para atacar el fenómeno y, a la vez, estrategias que lidien con la inercia y las expectativas", incluyendo acuerdos con empresas y sindicatos y reformas estructurales que complementen la política económica.

¿Un respiro económico tras la parcial derrota de Fernández?

La victoria de la oposición de centroderecha en las elecciones primarias del pasado domingo favoreció a las bolsas de Wall Street, sin embargo, expertos también teme  de un riesgo macroeconómico ante la falta de confianza entre el gobierno de Fernández y el Fondo Monetario Internacional antes de establecer un acuerdo para su deuda. 

Observando la dinámica actual de los precios, los economistas privados que mes a mes consulta el Banco Central para su informe de expectativas proyectan que la inflación será este año del 48.4 por ciento, muy por encima de la tasa del 36.1 por ciento de 2020.

De acuerdo con estas previsiones, la inflación sería del 2.7 por ciento en septiembre y también en octubre, pero acelerándose nuevamente desde noviembre y hasta enero de 2022, cuando tocaría el 3.3 por cineto.

Además de tener en cuenta variables macroeconómicas y de otro tipo, como la evolución de la pandemia, y factores estacionales, los expertos también observan cómo puede afectar a la economía en general y a la inflación en particular el resultado de las primarias del pasado domingo, en las que el oficialismo sufrió un duro revés, y el de los comicios legislativos de noviembre próximo.

Para Marcelo Capello, economista jefe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea, si tras las elecciones de noviembre, en el oficialismo consideran que tienen una probabilidad alta o media de retener el poder en las presidenciales de 2023, "a partir de enero de 2022 podrían existir cambios en la política económica que apunten a acomodar algunas variables desequilibradas".

Pero, según el economista, si como consecuencia del resultado de las legislativas de noviembre el oficialismo viera que tiene pocas oportunidades de ganar las generales de 2023, "podría decidirse a 'quemar naves' en materia económica, con políticas fiscales y monetarias muy expansivas".

Si se diera este último escenario y se implementara "una política fiscal y monetaria aún más expansiva que lo que viene aconteciendo en el segundo semestre de este año, claramente las consecuencias serán una inflación más alta", advirtió Capello.

dmr

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