Argentina superó el millón de contagios de covid-19 desde marzo, con más de 26 mil muertos, pese a las medidas de restricción que impulsó el gobierno hace siete meses para frenar la propagación del virus en este país de 44 millones de habitantes.
El último reporte del Ministerio de Salud arrojó 12 mil 982 nuevos contagios en las últimas 24 horas, lo que elevó el balance de casos a un millón 2 mil 649, de los cuales 803 mil 965 ya se recuperaron. En las últimas 24 horas se notificaron además 451 muertes, lo que lleva la cantidad de fallecidos a 26 mil 716. Según el informe, la ocupación en unidades de terapia intensiva alcanza a 64 por ciento en todo el territorio.
Argentina ocupa el quinto lugar en cantidad de casos detrás de Estados Unidos, India, Brasil y Rusia, todos países que lo superan en población, incluso superando a México.
La imposición de una cuarentena "light" con pocas pruebas
Pese a las restricciones de movilidad dentro del país, ninguna provincia está bajo cuarentena estricta, que sólo se cumplió al inicio de la pandemia en marzo y, según los expertos, sirvió para morigerar la curva de contagios.
Numerosas actividades comerciales e industriales están restablecidas en el país, salvo reuniones públicas masivas y otras que impliquen encuentros de personas en lugares cerrados. El mayor foco de contagios se desplazó de Buenos Aires y su periferia, la región más poblada del país con 14 millones de habitantes, al resto de Argentina, que representa actualmente casi 60 por ciento de los casos.
"Argentina no sufre una pandemia, son múltiples epidemias muy diferentes en su evolución", explicó Omar Sued, infectólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Infectología. Si hasta julio el foco estaba en Buenos Aires, "en los últimos meses la situación se dio vuelta. La evolución que hay hoy en Córdoba por ejemplo es muy diferente a la de Buenos Aires que está en una meseta y en caída", explicó Sued.
Las provincias con mayor número de casos son Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Jujuy y Salta.
"La capacidad diagnóstica y de laboratorio no es suficiente para la población del país, en parte debido a que el personal para eso es limitado", explica Sued. Sin embargo en el inicio de la pandemia "se hacían unos 300 muestras diarias y hoy estamos en 27 mil. Si bien es muy limitado para lo que tendríamos que tener, Argentina es un país con una gran crisis económica que está gastando más de un millón de dólares por día solamente en pruebas de diagnóstico", dijo.
Un desafío de la pandemia en el verano austral
Con la temporada de vacaciones de verano en el hemisferio austral por delante, las autoridades evalúan protocolos sanitarios para habilitar el movimiento turístico, especialmente en las concurridas playas de la provincia de Buenos Aires, todo un desafío para la política sanitaria.
"En todos los países las aperturas de verano se asociaron a un aumento de transmisión del virus", señaló Sued al considerar que Argentina no será la excepción.
Anticipándose a ello y a las reuniones sociales en el marco de las fiestas navideñas "se espera un rebrote de contagios para enero y febrero", dijo el especialista.
"Frente a esta situación las restricciones de movilidad y la conducta individual son los únicos vehículos para crear burbujas seguras hasta tener acceso a una vacuna, que tampoco será la panacea", alertó.
Actualmente, Argentina está entre los países latinoamericanos en donde más avanza la pandemia, una realidad que se suma a otra aún más preocupante: el alto número de fallecidos diarios desde comienzos de septiembre.
De hecho, según el portal estadístico Our World in Data, dependiente de la Universidad de Oxford, Argentina es el país del mundo con más muertos por millón de habitantes de los últimos siete días, con cerca de 8, situándose muy por delante de República Checa (4.76), Israel (4.11), Colombia (3.21), Irán (3.11), México (2.68) y España (2.58).
En recesión desde 2018, el Fondo Monetario Internacional estimó que la economía caerá 11.8 por ciento este año, en tanto la pobreza alcanza al 40.9 por ciento de la población, según datos del primer semestre.
Asimismo, Argentina afronta desde mediados de septiembre una creciente tensión cambiaria, con una brecha entre el dólar oficial y el informal superior al 100 por ciento, lo que ha levantado temores respecto a una posible devaluación del peso argentino.
dmr