El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró que Washington hará todo lo que esté a su alcance para liberar a los misioneros estadunidenses y canadienses secuestrados en Haití, esto durante la conferencia de prensa en la que se reunió con el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso.
"En el gobierno hemos estado incansablemente enfocados en esto", dijo Blinken en una conferencia de prensa durante su visita a Ecuador, señalando que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) estaba involucrado. "Haremos todo lo posible para ayudar a resolver esta situación", añadió.
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La pandilla 400 Mawozo, que secuestró a los 17 miembros del grupo misionero Christian Aid Ministries, exigió un rescate de un millón de dólares por persona, aunque las autoridades no tenían claro si esa cantidad incluía a los cinco niños detenidos, un alto funcionario haitiano. dijo el martes.
El funcionario, que no estaba autorizado para hablar con la prensa, dijo a agencia AP que alguien de el grupo hizo la demanda el sábado en una llamada a un líder del grupo del ministerio poco después del secuestro.
Una persona en contacto con la organización misionera confirmó la demanda de un millón por persona, que fue reportada por primera vez por The Wall Street Journal. Esa persona habló bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad de la situación.
Los adultos tienen entre 18 y 48 años, los niños entre 8 meses y 15 años, según un comunicado de la organización este martes. Al emnos 16 de los secuestrados son estadunidenses y un canadiense.
"Este grupo de trabajadores se ha comprometido a ministrar en Haití, asolado por la pobreza", dijo el ministerio con sede en Ohio, y agregó que los misioneros trabajaron más recientemente en un proyecto para ayudar a reconstruir las casas perdidas en un terremoto de magnitud 7.2 que se produjo el 8 de agosto.
El grupo regresaba de visitar un orfanato cuando fue secuestrado, dijo la organización. En respuesta a la reciente ola de secuestros, los trabajadores organizaron una huelga de protesta que cerró negocios, escuelas y transporte público a partir del lunes. El paro laboral fue un nuevo golpe para la anémica economía de Haití. Los sindicatos y otros grupos prometieron continuar el cierre indefinidamente.
En una manifestación pacífica el martes al norte de Puerto Príncipe, decenas de personas caminaron por las calles de Titanyen exigiendo la liberación de los misioneros. Algunos llevaban carteles que decían "Liberen a los estadunidenses" y "¡No al secuestro!"
“Construyeron nuestras escuelas. Ellos pagan nuestras cuentas”, dijo Zachary Celus. “Ellos hacen todo por nosotros. Así que ahora no podemos hacer nada porque los secuestraron”.
Mientras tanto, la escasez de combustible en curso empeoró y las empresas culparon a las pandillas de bloquear carreteras y terminales de distribución de gas. Cientos de motocicletas recorrieron las calles de Puerto Príncipe mientras los conductores gritaban: "¡Si no hay combustible, lo quemaremos todo!"
Una protesta tuvo lugar cerca de la residencia del primer ministro, donde la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a una multitud que exigía combustible.
En Washington, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el martes que el FBI era "parte de un esfuerzo coordinado del gobierno de Estados Unidos" para liberar a los misioneros. La Embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe estaba coordinando con los funcionarios locales y las familias de los rehenes.
“Sabemos que estos grupos apuntan a ciudadanos estadounidenses que asumen que tienen los recursos y las finanzas para pagar rescates, incluso si ese no es el caso”, agregó, y señaló que el gobierno ha instado a los ciudadanos a no visitar Haití.
Es una política de Estados Unidos desde hace mucho tiempo no negociar con los secuestradores, y Psaki se negó a discutir los detalles de la operación.
El secuestro fue el más grande de su tipo reportado en los últimos años. Las pandillas haitianas se han vuelto más descaradas a medida que el país intenta recuperarse del asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio y del terremoto que mató a más de mil 200 personas.
dmr