El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro y otros altos cargos anunciaron planes para revisar los libros de texto y suprimir referencias al feminismo, la homosexualidad y la violencia contra las mujeres.
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Además, apuntan que el ejército tomará el control de algunas escuelas públicas y atacan regularmente a Paulo Freire, uno de los educadores más famosos del país y cuyas ideas tuvieron repercusión mundial.
“Uno de los objetivos para sacar a Brasil de las peores posiciones en las clasificaciones educativas internacionales es combatir la basura marxista que se ha extendido en las instituciones educativas”, escribió Bolsonaro en Twitter en la víspera de su toma de posesión.
Aunque los alumnos quizá no noten muchas diferencias en su regreso a las aulas este mes, los cambios están en marcha.
“Seguimos esperando a ver cómo va a terminar todo esto en la práctica”, señaló Nilton Brandao, presidente de uno de los mayores sindicatos de maestros del país, PROIFES Federacao. “Ahora mismo, esto no tiene ningún sentido”.
Para el gobierno, la batalla ideológica comienza con la retirada del legado del Freire de los centros educativos, que según Bolsonaro y otros conservadores, convierte a los estudiantes en “militantes políticos”.
El Dato.¿Quién es Paul Freire?
Es uno de los fundadores de la pedagogía crítica. Los conservadores decían que su método anima a los alumnos a cuestionar valores tradicionales como la familia y la Iglesia.Freire era socialista y estuvo encarcelado brevemente durante la dictadura militar (1964-1985) que recibió los elogios de Bolsonaro.
En su campaña electoral, el ahora presidente dijo que quería “entrar al Ministerio de Educación con un lanzallamas para eliminar a Paulo Freire”.
Bolsonaro y su ministro de Educación parecen estar buscando inspiración en filósofos como Olavo de Carvalho, un brasileño residente en Estados Unidos conocido por sus opiniones antiglobalización y antisocialistas.
Mientras Freire defendía que la misión del Estado es educar al pueblo brasileño, incluyendo a agricultores rurales pobres y a analfabetos, de Carvalho aboga por reducir su papel en la educación en favor de las escuelas privadas o religiosas.
“El gobierno no tiene que educar a nadie, es la sociedad la que tiene que educarse a sí misma”, dijo el filósofo el año pasado durante una charla sobre educación en su canal de YouTube. Las propuestas “basadas en la idea de que el gobierno federal es el gran educador son las que voy a combatir hasta la muerte”, agregó.
Tras la toma de posesión de Bolsonaro el 1 de enero, el Ministerio de Educación desmanteló su departamento de diversidad y publicó nuevas directrices para los editores de libros de texto que eliminaban las referencias a temas como la violencia contra las mujeres y el sexismo.
Ante la oleada de críticas, los funcionarios dieron marcha atrás en la revisión de los textos afirmando que las normas habían sido redactadas por el anterior gobierno y que se publicaron por error. Sin embargo, en su discurso inaugural. el ministro de Educación, Ricardo Velez Rodriguez, prometió poner fin a la “agresiva promoción de la ideología de género”.
Velez defendió en su lugar lo que calificó de valores tradicionales, como la familia, la religión, la escuela y la nación, que dijo estaban amenazados por una “ola globalista loca”.
Bolsonaro manifestó que revisará el contenido del examen nacional de secundaria para eliminar cualquier cuestión sobre género o movimientos LGBT. Hizo el anuncio en un video en YouTube tras ver una pregunta de la prueba del año pasado sobre un “dialecto secreto utilizado por homosexuales y travestis”, llamado pajuba.
El dialecto pajuba mezcla portugués y lenguas del África Occidental y se utiliza principalmente en religiones afrobrasileñas pero también fue adoptado por la comunidad LGBT del país.
“No se preocupen, no habrá más preguntas como esta”, declaró Bolsonaro.
bgpa