El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó por amplio margen la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil, pero deberá medirse con el izquierdista Fernando Haddad el próximo 28 de octubre.
Con 99.07 por ciento de los votos escrutados Bolsonaro, un ex capitán del ejército de 63 años, tenía 46.21 por ciento de los votos, frente al 28.97 de Haddad, designado candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) por el encarcelado ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Las próximas tres semanas deben poner a prueba la resistencia de Bolsonaro, que estuvo al borde la muerte tras recibir el 6 de septiembre pasado una puñalada en el abdomen en un mitin.
También lo coloca ante la obligación de conquistar aliados, pese a su alto índice de rechazo por sus propuestas de armar a la población para combatir la delincuencia, sus declaraciones misóginas, homófobas y racistas y su justificación de la tortura durante la dictadura militar (1964-1985).
Ya Haddad empezó a tender puentes con otros candidatos. La clave para que el delfín de Lula se acerque a los porcentajes de Bolsonaro reside en el centroizquierdista Ciro Gomes, del Partido Democrático Trabalhista (PDT), que fue ministro de Integración Nacional de Lula y consiguió más de 12.5% de los votos.
El aspirante del PT recordó ayer que como ministro de Educación de Lula trabajó junto a la ecologista Marina Silva y el centroderechista Henrique Meirelles, que presidió durante esa época el Banco Central. Ambos obtuvieron en torno a 1 por ciento de los votos, que a la hora de sumar pueden ser importantes.
Bolsonaro y Haddad son los vencedores y al mismo tiempo los candidatos con mayor índice de rechazo.
Haddad, un ex alcalde de Sao Paulo poco conocido en otras regiones, heredó una buena parte del electorado de Lula, sobre todo entre la población pobre que mejoró sus condiciones de vida bajo su gobierno (2003-2011).
Pero también heredó el odio que Lula inspira entre quienes le reprochan los escándalos de corrupción revelados por la Operación Lava Jato y la crisis económica en la que se sumió el país bajo el mandato de su heredera política Dilma Rousseff, destituida por el Congreso en 2016.
Los resultados de las elecciones de ayer impondrán a la centroderecha una profunda revisión, tras el durísimo golpe asestado por Bolsonaro que se ha apropiado de todo el espectro ideológico conservador.
La amplia victoria de Bolsonaro ha sido un duro castigo a las fuerzas tradicionales de centroderecha, que han sido literalmente barridas del mapa por el candidato del Partido Social Liberal (PSL), formación que nunca gobernó un estado brasileño y que jamás ha tenido más de nueve de los 513 diputados.
La principal víctima del fenómeno Bolsonaro ha sido el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que acudió a estas elecciones con el ex gobernador de Sao Paulo Geraldo Alkcmin como candidato y que quedó en cuarto lugar, con 4.83 % de los votos.
Fundado hace tres décadas, el PSDB gobernó el país entre 1995 y 2002 con Fernando Henrique Cardoso y hoy, por primera vez desde 1994, quedó fuera de una segunda vuelta.
El resultado deja a Bolsonaro a un paso del poder, aunque las encuestas publicadas hasta el día antes de las elecciones dicen que, en caso de la segunda vuelta, ahora confirmada, estaría técnicamente empatado con Haddad en torno a 45%.
Después de conocer los resultados de la elección, Bolsonaro dijo que Brasil está al borde del abismo y que si triunfa planea reducir impuestos a las nóminas, achicar el tamaño del Estado y privatizar o extinguir muchas empresas.
“No podemos dar un nuevo paso a la izquierda”, dijo Bolsonaro a sus simpatizantes después de ver los resultados oficiales. “No queremos el regreso del tipo de gente que ha traído lo peor de la política al Palacio de Planalto”, refiriéndose a la sede de la presidencia en Brasilia.
Por su parte, la sede de campaña de Haddad en un hotel de Sao Paulo estalló en festejos cuando las encuestas a boca de urna mostraron que la carrera iría a segunda vuelta. Algunos sondeos recientes mostraron que podría ganarle a Bolsonaro en un balotaje.
“Iniciaremos mañana una campaña para salir victoriosos en la segunda vuelta”, dijo Haddad anoche a sus seguidores en su búnker de campaña. “Creemos que hay mucha cosa en juego”.
El izquierdista dijo que la democracia está en riesgo y que ya ha hablado con otros tres candidatos minoritarios. “Queremos unir a los demócratas de Brasil”, sostuvo.
Los partidarios de Bolsonaro culpan al PT -que gobernó a Brasil durante 13 de los últimos 15 años- de uno de los mayores escándalos de corrupción del mundo, de la creciente delincuencia que ha llevado a Brasil a ser el país con mayor cantidad de asesinatos del mundo, y de políticas económicas imprudentes que contribuyeron a la peor recesión del país en una generación.
Claves...Rousseff queda fuera
• La ex presidenta Dilma Rousseff, candidata del PT, no logró ingresar al Senado de Brasil, al culminar en el cuarto lugar en la elección del estado de Minas Gerais.
• El resultado del sufragio es considerado una sorpresa mayúscula, ya que en todas las encuestas Rousseff se ubicaba en el primer lugar de las preferencias.
• La ex mandataria consiguió apenas 15.21 por ciento de los sufragios.