La cifra de muertos por las lluvias torrenciales que provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra en la ciudad brasileña de Petrópolis aumentó a 152, dijeron las autoridades el domingo. Los rescatistas y los habitantes con familiares desaparecidos continuaban excavando entre montañas de lodo y escombros en esta localidad del sureste del país, en un escenario que el presidente Jair Bolsonaro describió el viernes como "casi de guerra".
La policía dijo que 165 personas continúan desaparecidas tras la tromba de agua caída el martes. Las autoridades han reconocido que es poco probable que se encuentren más sobrevivientes. El número de desaparecidos disminuye a medida que se identifican los cuerpos recuperados y las familias logran encontrar a parientes sanos y salvos a quienes temían perdidos en el caos que siguió a la tormenta y al alud, explicó la policía.
Hasta el momento se han identificado 124 cuerpos, incluidos 28 niños, dijeron. El papa Francisco envió un mensaje de condolencias el domingo después de la oración del Ángelus en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
"Expreso mi cercanía a las personas afectadas en los últimos días por las catástrofes naturales, pienso (...) en la zona de Petrópolis, en Brasil, devastada por las inundaciones y los deslizamientos de tierra", dijo. "Señor, acoge en paz a los muertos, consuela a los familiares y apoya a los que ofrecen ayuda", añadió.
La del martes fue la última de una serie de tormentas letales que han azotado a Brasil y que según los expertos empeoran con el cambio climático. En los últimos tres meses, más de 200 personas han muerto a causa de las fuertes lluvias, principalmente en el estado de Sao Paulo, en el sureste del país, y en el de Bahía, en el noreste, así como en Petrópolis.
"Megaoperación" de limpieza
Las lluvias convirtieron las calles en furiosos ríos que arrasaron árboles, automóviles y autobuses, y provocaron aludes en los barrios apostados en las laderas de las montañas que rodean esta ciudad de 300 mil habitantes, ubicada a unos 60 kilómetros al norte de Río de Janeiro.
En unas horas cayó un volumen de agua equivalente a un mes de lluvias sobre Petrópolis, una pintoresca ciudad turística que fue capital veraniega del imperio brasileño en el siglo XIX. La ciudad llevaba a cabo este domingo lo que llamó una "megaoperación de limpieza", con la ayuda de 370 trabajadores enviados como refuerzos desde las vecinas Río de Janeiro y Niteroi.
La oficina del alcalde pidió a los residentes quedarse en casa excepto en caso de "extrema necesidad", para permitir que los equipos de saneamiento eliminen las montañas de basura y escombros que aún obstruyen las calles.
Las autoridades han recuperado hasta ahora más de 300 autos que estaban "desparramados por la ciudad, bloqueando calles y aceras o atrapados en ríos", dijeron.
"Necesitamos que nuestras calles estén despejadas para que podamos acelerar el trabajo de recuperar nuestra ciudad", declaró el alcalde, Rubens Bomtempo, en un comunicado.
Al menos 856 personas resultaron damnificadas y fueron alojadas en refugios de emergencia, agregó el alcalde. El cementerio central de la ciudad era escenario de un flujo constante de entierros de las víctimas, por lo cual el gobierno local debió solicitar sepultureros adicionales de apoyo.
dmr