Miles de personas volvieron a reunirse este viernes en la céntrica plaza Baquedano (Italia) de Santiago para protestar en contra del gobierno de Sebastián Piñera y en favor de profundas reformas sociales en Chile.
Las manifestaciones se repitieron también en otros puntos del país, como en Antofagasta, donde al menos un centenar de personas marchó por una de las principales avenidas costeras.
Tal como lo vienen haciendo desde hace más de cuatro meses, miles de personas comenzaron a congregarse al caer la tarde en los alrededores de la céntrica plaza Italia, rebautizada por los manifestantes como "Plaza de la Dignidad", epicentro de la revuelta social que estalló el 18 de octubre.
Con pancartas, banderas chilenas y de clubes de fútbol, algunos luciendo capuchas, los manifestantes coparon las cuatro esquinas de este importante lugar, que conecta el centro con el este de la capital chilena. Esta dinámica se ha repetido cada viernes desde que en octubre comenzaron las manifestaciones.
Incidentes de violencia en Santiago
En Santiago, en paralelo al ambiente festivo que suele reinar en las manifestaciones, con música, cánticos, pancartas y disfraces, se produjeron algunos enfrentamientos entre personas violentas y agentes de policía, como viene siendo habitual desde el comienzo de las protestas.
Encapuchados lanzaban piedras y palos, las fuerzas antidisturbios respondían con abundantes chorros de agua de sus camiones cisternas y gas lacrimógeno.
En medio de estos incidentes, por redes sociales se reportó que un menor recibió presuntamente el impacto de una bomba lacrimógena en la cabeza, quedando inconsciente en un primer momento y siendo luego reanimado y trasladado a un centro de atención médica.
"Esto va a durar hasta que cambie todo; hasta que mejore todo, la salud, la educación, hasta que cambie Chile", dijo Leandra Verardi, una trabajadora independiente de 28 años que concurre habitualmente a protestar a plaza Baquedano.
Los enfrentamientos se han tornado habituales en este sector de Santiago, donde la policía desvía el tránsito desde temprano y los pocos locales comerciales que se mantienen abiertos cierran temprano sus puertas para sortear ataques que lanza la policía.
En uno de los costados de la plaza, que al cabo de cuatro meses luce con sus calles y veredas casi completamente destruidas, los manifestantes más radicales se enfrentaron con las fuerzas especiales de la policía. En protestas anteriores incendiaron el museo de Violeta Parra, cercano a la plaza.
Las manifestaciones en Chile comenzaron primero por el alza en la tarifa del metro, pero luego derivaron en un extendido reclamo en favor de profundas reformas sociales en un país considerado hasta hace poco como el más estable de América Latina.
Las protestas han golpeado al gobierno Sebastián Piñera, quien que se apresta a cumplir dos años en el poder, el próximo 11 de marzo, con los niveles más bajos de popularidad desde que hay registros, de sólo 6 por ciento.
Su gobierno accedió a hacer algunas reformas sociales no contempladas en su programa de gobierno, como la del sistema de pensiones y en la rama de la salud.
Además, tras negociación con el Congreso, promovió un acuerdo que permitirá realizar un plebiscito el próximo 26 de abril, para decidir si se reforma y bajo qué mecanismo la Constitución política que se mantiene como herencia de la dictadura de Augusto Pinochet.
dmr