Tras el ataque con el coche bomba, la inteligencia militar colombiana señaló como principal sospechosa a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional. El atentado sucedió el martes en instalaciones militares en la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela. La explosión dejó 36 heridos, entre los que se encuentran dos militares estadunidenses con lesiones leves.
Aunque en los últimos años las unidades militares han sido blanco de ataques en esta zona del país, esta guerrilla no había logrado ingresar a una base del Ejército de una ciudad principal burlando su seguridad por horas. De acuerdo con la Fiscalía, el vehículo entró sobre las 12:32 hora local con un tripulante, fue ubicado cerca a la oficina de inteligencia y después fue detonado dos veces hacia las 15:00 horas, después de que el conductor saliera del batallón sin ser detectado.
El atentado guarda similitud con el ocurrido en enero de 2019 en la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá en el que fallecieron 22 policías por la explosión de un coche y 70 fueron heridos. En ese entonces el ELN reconoció la autoría y lo justificó diciendo que allí se forman oficiales que participan “activamente en la guerra contrainsurgente”, lo cual provocó el rompimiento de la mesa de negociación entre el gobierno colombiano y la guerrilla.
Sin embargo, el ELN no ha reconocido ser el autor del atentado contra la base militar en Cúcuta y el gobierno no ha aportado pruebas que lo demuestren ni ha dicho cuál fue el móvil del ataque.
En una declaración a medios dada desde Cúcuta, el comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, indicó que el atentado es atribuible al Frente de Guerra Urbano Nacional del ELN, cuyo cabecilla es alias “Julián” o el “Rolo”, “quien recibe órdenes directas del terrorista alias “Antonio García”, miembro del comando central del ELN”.
El general no descarta la participación de “otros grupos delincuenciales” en el atentado.
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El fiscal Francisco Barbosa explicó que se estudian otras hipótesis sobre la responsabilidad del Frente 33 y la Nueva Marquetalia, grupos disidentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con las que el gobierno de Colombia firmó un acuerdo de paz en 2016.
Grupos armados en la frontera y la recompensa de Duque
En la frontera con Venezuela operan varios actores armados: el ELN, grupos residuales del Ejército Popular de Liberación (EPL), disidentes de las FARC y bandas criminales, quienes se disputan el control de las rutas del narcotráfico y el contrabando.
“Los carros bomba han sido un arma de terrorismo y guerra que ha sido usada con cierta frecuencia en Colombia tanto en el conflicto armado como también por parte de grupo de Los Extraditables como Pablo Escobar, del cartel de Medellín, y recordemos que en Colombia las FARC usaron un carro bomba contra la Escuela Superior de Guerra en 2006”, dijo a The Associated Press Alejo Vargas, profesor de ciencias políticas de la Universidad Nacional de Colombia.
El presidente Iván Duque ofreció una recompensa de 500 millones de pesos colombianos –equivalente 134 mil dólares– a quien dé información sobre los responsables del atentado que aunque no dejó víctimas fatales, ocasionó heridas de gravedad a un militar que se encuentra en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Cúcuta. Los demás heridos serían dados de alta en las próximas horas.
El Ejército prometió fortalecer la seguridad de la Brigada 30 que fue atacada el martes y suspendió a siete militares encargados de la seguridad, mientras avanzan las investigaciones.
El fiscal Barbosa aseguró que encontraron al dueño del vehículo en Cúcuta, quien manifestó que había hecho una negociación de la misma por aproximadamente 32 mil dólares hace una semana.
“Hemos encontrado más de 2 mil metros de cordón detonante, se están haciendo los estudios respectivos para determinar el tipo de explosivo y la cantidad que se utilizó para cometer este atentado”, agregó el fiscal.
Este nuevo hecho afectaría la nueva búsqueda de diálogo con el ELN, en el que ha participado la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Iglesia católica. “Que quede claro que los miembros del comando central del ELN tienen responsabilidad, estos terroristas no pueden seguir posando de gestores de paz en el extranjero mientras que cometen actos atroces contra nuestros soldados y los colombianos”, dijo el ministro de Defensa, Diego Molano, el miércoles ante la prensa.
DMZ