El Congreso de Perú no logró destituir al presidente Martín Vizcarra con 32 votos a favor, 78 votos en contra y 18 abstenciones. Con la decisión, el mandatario se quedará en el cargo en por lo menos los 10 meses restantes de su gestión previo a las elecciones presidenciales del próximo año.
Vizcarra acudió al Congreso para hacer sus descargos, aunque no estaba obligado por ley, junto a su abogado, Roberto Pereira.
"No me corro, no lo he hecho antes y no lo voy a hacer ahora", anunció Vizcarra al iniciar sus descargos. Luego se retiró del Congreso para dejar a su abogado hacer uso de la palabra.
"Planteo que se desestime el pedido de vacancia por la causal de incapacidad moral. Es evidente que esta moción adolece de una mínima elemental tipificación de los hechos", sostuvo Pereira en su alegato.
Antes de ello, el jefe del Congreso, Manuel Merino, pidió evitar gestos de intolerancia a Vizcarra, dirigiéndose a parte de sus colegas presentes. Aunque la mayoría seguía la audiencia por internet debido a medidas de bioseguridad por la pandemia.
El popular mandatario corre el riesgo de ser cesado por el Congreso a 10 meses del fin de su período y tener un destino parecido al de su predecesor, Pedro Pablo Kuczysnki, quien no pudo culminar su mandato al verse forzado a dimitir por presiones del Parlamento.
Vizcarra está acusado de instar a dos asesoras a mentir en una investigación sobre los contratos de un cantante, según unos audios filtrados hace ocho días. Esto llevó al Congreso a abrirle un juicio de destitución por "incapacidad moral".
Durante el acalorado debate, que continuaba ocho horas después de iniciado, con una pausa al almuerzo, la parlamentaria conservadora María Teresa Céspedes dijo que apoyaba la moción de destitución porque "el presidente ha mentido a la población".
Mientras el Congreso debatió su futuro, Vizcarra viajó a la ciudad norteña de Trujillo, donde instó a los parlamentarios a que "piensen en las deficiencias de su región y trabajemos juntos para forjar el desarrollo".
"Hagámoslo por la gente, por los niños y jóvenes que nos reclaman responsabilidad y nos exigen a los políticos que dejemos de pelear y pensemos que el Perú es primero", acotó Vizcarra.
Si el presidente habría sido, las riendas del país el jefe del Congreso las hubiera tomado Manuel Merino, un político de bajo perfil casi desconocido para los peruanos, y se convertiría en el tercer presidente que tiene Perú desde 2018, un reflejo de la debilidad institucional que ha caracterizado al antiguo virreinato español desde su independencia en 1821, según analistas.
"La rapidez con la que se ha hecho este proceso refleja una crisis de las instituciones, que desprestigia más ante la gente el sistema democrático", dijo el analista político Augusto Álvarez Rodrich.
El Tribunal Constitucional rechazó el jueves paralizar el juicio, pero accedió a clarificar, en unas diez semanas, los requisitos para que el Congreso declare la "incapacidad moral" de un presidente, pues la carta magna no lo precisa. Vizcarra, quien carece de partido y de bancada, dijo el jueves que seguía "trabajando" a pesar de la incertidumbre sobre su futuro.
El mandatario afirmó entonces que existe un "complot contra la democracia" y que se metió en este embrollo por la "traición de alguien" de su "entorno cercano", en alusión a la asistente que lo grabó.
A pesar de los comprometedores audios, ocho de cada diez peruanos quieren que Vizcarra continúe y, aunque el 41 por ciento considera "incorrecta" su conducta, no estima que sea "grave", según una encuesta de la firma Ipsos.
"Acá no gana nadie, pierde el Ejecutivo y el Congreso, porque la gente percibe que hay dos poderes del Estado en una pugna política mientras hay una pandemia matando peruanos y un desempleo espantoso, que recién se recuperará en cinco años", expresó Álvarez Rodrich.
dmr