Cientos de cubanos salieron el lunes y martes a las calles de La Habana pese a un rebrote del nuevo coronavirus para pedirles salud y prosperidad a las Vírgenes de Regla y de la Caridad, que también representan a poderosas deidades afrolatinas Oshún y Yemayá.
Aunque las festividades fueron suspendidas y no hay transporte público, la gente llegó la víspera hasta el poblado costero de Regla, en las afueras de la capital, para saludar a la patrona del lugar y en el caso de los creyentes de la santería homenajear a "reina del mar", con ofrendas arrojadas al mar.
El martes, en tanto, muchos fieles se congregaron en la Iglesia de la Caridad, donde se agasaja a Oshún en la tradición afrolatina. En ambos casos las imágenes fueron sacadas a la puerta de sus respectivos templos para recibir a sus devotos, a los que no se les permitió entrar a los edificios.
¿Cómo llegaron las religiones afrolatinas?
Tras el envío de esclavos africanos, principalmente de la costa oeste del continente entre el sigo XVII y XIX, hacia diversas islas del caribe y otras regiones de América Latina, tanto los españoles como los portugueses impusieron la religión católica. Sin embargo, los esclavos decidieron hacer un sincretismo para asociar a las vírgenes y santos católicos a los dioses tradicionales, principalmente de la tribu yourba en Nigeria.
Según expertos, el 70 por ciento de la población cubana realiza algún tipo de práctica religiosa afrolatina, un sincretismo entre la religión de los blancos conquistadores y los esclavos negros, en sus diferentes variantes como la santería, el palo mayombe o las abakuás.
“Hay muchas familias separadas, que la virgen las una y cure todos los males”, dijo José Joaquín Rondón, un ingeniero mecánico de 23 años que llegó caminando hasta la Iglesia de la Caridad desde Santos Suárez, un barrio popular a unos 10 kilómetros.
“En la religión yoruba se celebra a Oshún, en la católica a la Caridad”, agregó Rondón vestido con una sudadera amarilla, el color que identifica a los devotos de esta deidad que se le pide para cualquier asunto económico. “Es la misma (santa) y es el fundamento de la cultura cubana, de la tradición (mestiza) de nuestro país”.
¿En qué otros países se practica?
Pese a que Cuba es el principal país donde las religiones afrolatinas tiene gran influencia, se tiene una marcada presencia en México, Venezuela, Brasil, Panamá, República Dominicana y algunas zonas de Estados Unidos como en Florida y Puerto Rico.
En la reja de hierro forjado de la Iglesia de la Caridad se agolparon fieles con girasoles en sus manos y collares de cuentas o cruces, en el caso de los católicos.
Todos llevaban cubrebocas, de uso obligatorio en Cuba, mientras algunos llamaban a a la gente a mantener la distancia. Funcionarios del gobierno local se acercaron al templo para exhortar a las personas a que se cuiden.
Coronavirus en Cuba
El martes el director de Epidemiología, Francisco Durán, reportó 25 casos del nuevo coronavirus para un total acumulado de 4 mil 377 contagios y 104 fallecidos. Cuba logró controlar relativamente el virus en julio y algunas provincias no han reportado casos desde hace más de un trimestre, pero a partir de la flexibilización de las restricciones se produjo un rebrote en La Habana y sus zonas aledañas.
Desde la calle podían escucharse rezos y música sacra provenientes del templo que mantendrá las actividades hasta las cuatro de la tarde. En La Habana, donde la situación epidémica es compleja, rige un toque de queda a partir de las siete de la tarde.
Las autoridades permitieron que la misa de la Iglesia de la Caridad del Cobre en Santiago, a unos mil kilómetros de La Habana y adonde se encuentra la imagen original de la virgen, sea transmitida por televisión. Quienes no pudieron ir al templo, sobre todo los creyentes en las religiones afrolatinas, los altares están comúnmente en los hogares.
“Tengo coronado Oshún en la religión yoruba hace cuatro años. Y siempre la pongo junto con Yemayá porque ayer fue su día”, explicó Ariadna Arregoitía, de 34 años, mostrando el altar con las imágenes de ambas santas colocadas en lo que fue el mostrador de su restaurante y que desde marzo está cerrado por la pandemia. “Espero que todo esto acabe... uno quiere que todo regrese a la normalidad y salir adelante”.
A la llegada del covid-19 había unos 600 mil emprendedores, una cifra récord desde que el presidente Raúl Castro aprobó unas tímidas reformas en 2010, de los cuales en el mes de abril, según las últimas cifras oficiales disponibles, al menos 139 mil habían entregado temporal o permanentemente sus licencias y otros miles habían cerrado.
dmr