Cuba inició los ensayos clínicos en humanos de su primer proyecto de vacuna contra el coronavirus, la "Sobreana 01", cuyas dos primeras fases de porlingarán hasta inicios de noviembre, donde involucrarán 676 voluntarios y los resultados deben estar a mediados de febrero de 2021.
"Considero que es un honor para mí poder estar aquí. Es una satisfacción personal. Estoy convencido que hay miles de cubanos que quisieran estar aquí", dijo a la televisora estatal Baltasar Pérez, de 58 años, uno de los 20 primeros cubanos reclutados para la prueba.
Todos ellos fueron convocados al Centro Nacional de Toxicología (Cenatox), en La Habana. Antes debieron firmar un documento con su consentimiento. La vacuna cubana superó con éxito entre mayo y agosto la etapa de experimentación en animales y es el primer candidato vacunal de un país de América Latina aprobado para ensayos clínicos, según el director del Instituto Finlay, Vicente Vérez.
"Es un orgullo como cubana, porque es un candidato vacunal que nos está brindando una esperanza, una oportunidad de luchar contra esta terrible pandemia", comentó por su parte Diana Borges, de 22 años, otra voluntaria.
En la etapa inicial la vacuna será administrada en el Cenatox a 20 voluntarios de entre 19 y 59 años y una semana después a otras 20 personas de 60 a 80 años, según han explicado sus responsables.
La segunda fase comenzará el próximo 11 de septiembre con la vacunación de los restantes voluntarios. Los participantes en los ensayos recibirán dos dosis de la vacuna con un intervalo de 28 días y se estudiará su respuesta a lo largo de dos meses.
"Tenemos ya a los primeros 20. El ensayo clínico cuenta con dos etapas. La primera es del grupo de 19 a 59 años de edad (...)", explicó Meiby Rodríguez, directora de Investigaciones Clínicas del Instituto Finlay de Vacunas.
En la primera etapa se espera que no más del 5 por ciento de los voluntarios muestren eventos adversos graves.
"Aunque haya vacunas de otros países, nosotros necesitamos la nuestra para tener soberanía", dijo el 19 de mayo el presidente Miguel Díaz-Canel.
En el extranjero, autoridades rusas informaron de avances en la producción de su vacuna Sputnik V. Incluso expresaron su intención de producirla con Cuba, aunque la isla no se ha pronunciado oficialmente ante el ofrecimiento. Investigadores occidentales se mostraron escépticos frente al producto ruso y avanzan en diversos proyectos.
A diferencia de otros de los proyectos de vacuna más avanzados en la actualidad, desarrollados a partir de vectores adenovirales o virus inactivados, la fórmula cubana se basa en una proteína recombinante, aunque por el momento no se ha difundido oficialmente más datos sobre su desarrollo.
En América Latina, Argentina y México anunciaron recientemente un acuerdo para producir la vacuna diseñada por AztraZeneca y la Universidad de Oxford. En Estados Unidos, el laboratorio Moderna cuenta con uno de los proyectos más avanzados, con ensayos en humanos, al igual que el grupo chino Sinopharm.
El gobierno cubano suele hacer gala del desarrollo de su biotecnología, y muestra entre sus logros una vacuna propia contra la Hepatitis-B.
dmr