La escuela de samba Grande Río, con un desfile en el que desmitificó la maldad que se le atribuye a Eshu, uno de los orishas de las religiones afrolatinas, fue proclamada este martes como la nueva campeona del Carnaval de Río de Janeiro, celebrado la semana pasada tras dos años de pausa por la pandemia.
- Te recomendamos ¿La fiesta más grande del mundo? Qué es y cómo nació el Carnaval de Río de Janeiro Latino América
Los jurados encargados de conceder el disputado título de mejor escuela de samba del llamado Grupo Especial del Carnaval de Río premiaron a Académicos de Grande Río, una escuela del vecino y empobrecido municipio de Duque de Caxías y que por primera vez es consagrada como la mejor del carnaval carioca.
Grande Río recibió 269.9 puntos de 270 posibles de los 36 jurados que calificaron este año el desfile de las escuelas de samba del llamado Grupo Especial, considerado el mayor espectáculo del mundo al aire libre y el evento más atractivo del carnaval.
La vencedora superó por tan sólo tres décimas a la escuela Beija Flor (269.6 puntos), una de las grandes vencedoras en la historia del carnaval carioca, y por cuatro décimas a Viradouro (269.5 puntos), la campeona de 2020, cuando el carnaval se celebró por última vez antes de que la pandemia obligara a suspenderlo en 2021, algo inédito en la historia de Río.
- Te recomendamos ¿Cómo nació la santería y por qué se profesa en Cuba? Latino América
Grande Río, escuela nacida en 1988 y que desfiló en la madrugada del domingo en Sambódromo, había sido cuatro veces subcampeona del Carnaval de Río, incluyendo en la edición de 2020, cuando recibió los mismos 269,7 puntos que Viradouro pero perdió el título por los criterios de desempate.
A diferencia de otras agrupaciones tradicionales como Mangueira y Portela, fundadas en la década de 1920, Grande Rio nunca había conquistado el primer puesto del concurso.
En un carnaval en que ocho de las doce escuelas competidoras dedicaron sus desfiles a temas sobre el origen africano de la mayoría de la población brasileña, la vencedora se propuso desmitificar la imagen de Eshu, un dios afrolatino al que se le atribuyen intenciones malignas, una visión atribuida a la intolerancia religiosa, pero es el responsable de la comunicación entre humanos y dioses en variantes brasileñas de las religiones afrolatinas: el candomblé y la umbanda.
Los integrantes de Grande Río mostraron un Eshu como una entidad con muchas faces, ya que representa los cambios, la comunicación y el movimiento, según la historia desarrollada por los carnavalescos —directores artísticos— Leonaro Bora y Gabriel Haddad.
El desfile fue pensado "en defensa de aquello en lo que creemos, contra el racismo religioso y el proceso histórico que demonizó a Eshu, para cantarle a la vida", dijo el carnavalesco de Grande Rio, Leandro Bora, después del triunfo.
El orishá fue presentado desde la entidad que se delicia y agradece a carcajadas los alimentos que recibe como ofrendas, mostrada en la comisión de frente, hasta la divinidad que simboliza el reciclaje, exhibido en una de las carrozas alegóricas, fabricada totalmente con material reciclado, incluyendo disfraces de antiguos carnavales.
Las dos noches de desfiles del carnaval de este año destacaron principalmente el origen africano de la mayor parte de la población brasileña y la resistencia contra el racismo, que han cobrado una mayor relevancia durante el gobierno del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro. Entre las mejores seis colocadas este año, que volverán a presentarse el próximo sábado en el "Desfile de las Campeonas".
Beija Flor, que fue subcampeona, presentó un desfile titulado "Ennegrecer el pensamiento" mientras que Salgueiro, que quedó en la sexta posición, desarrolló una historia inspirada en las protestas generadas en Estados Unidos por el asesinato de George Floyd.
Paraíso de Tuiuti destacó la labor de políticos como Nelson Mandela y Barack Obama, y de artistas como Beyoncé y Chadwick Boseman, protagonista del filme Pantera Negra, y Portela y Mocidade exhibieron símbolos sagrados de la cultura negra.
Tan sólo una escuela, Viradouro, exaltó el regreso del carnaval tras el largo silencio impuesto por el covid-19, con un desfile en que comparó el carnaval de este año con el de 1919, el considerado como más animado en la historia de Río ya que festejó el fin de la pandemia de la gripe española.
Cada una de las 12 escuelas del Grupo Especial, que desfilaron las noches del viernes y del sábado, llevaron al sambódromo entre 3 mil y 5 mil integrantes, incluyendo bailarines, percusionistas, cantantes y personajes, y tuvieron un plazo de entre 60 y 70 minutos para desarrollar, con la ayuda de alegorías y enormes carrozas, el tema escogido para el desfile del año.
Las escolas son calificadas mientras atraviesa los 700 metros de pista del sambódromo ante 70 mil espectadores por criterios como la armonía del desfile, el samba entonado y la originalidad de los disfraces y de las carrozas.
La última escuela en la calificación del jurado, Sao Clemente (263.7 puntos), perdió la categoría y el próximo año tendrá que desfilar entre las del Grupo de Acceso, una especie de segunda división.
dr