El poderoso vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, fue investido el martes como presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, que está bajo control del oficialismo y es rechazada por los críticos locales y extranjeros del gobierno venezolano que denuncian autoritarismo en el país.
“Yo no tenía ningún plan” de asumir la presidencia de la Constituyente, dijo Cabello en un discurso tras su juramentación. Agregó que jamás ha eludido las responsabilidades que le da “la revolución” en alusión al proyecto político ideado por el ahora fallecido presidente Hugo Chávez.
Cabello, de 55 años, sustituye a la ex canciller Delcy Rodríguez, quien la semana pasada fue designada vicepresidenta de Venezuela en sustitución de Tareck El Aissami, quien encabeza el nuevo Ministerio de Industrias y Producción Nacional.
El 14 de junio, la Constituyente autorizó a Rodríguez y a Eduardo Piñate separarse de ese cuerpo legislativo para asumir la Vicepresidencia de la República y el Ministerio para el Proceso Social del Trabajo, respectivamente.
La Constituyente, que se instaló en agosto de 2017 y está a cargo de reescribir la carta magna, no es reconocida por los gobiernos de Estados Unidos, Europa y numerosos países de la región por considerarla ilegítima y tendría como fin consolidar "la dictadura” del presidente Nicolás Maduro.
Los adversarios locales del gobierno temen que la redacción de una nueva carta magna tenga como propósito convertir al país en un Estado socialista unipartidista.
Maduro ha rechazado esas acusaciones.
En mayo pasado, el gobierno de Estados Unidos impuso sanciones contra Cabello, a quien acusa de narcotráfico y de dirigir una importante red de corrupción que desvió fondos de compañías estatales a cuentas en Rusia y otros países. Ese país ha sancionado a decenas de altos funcionarios de Venezuela en los últimos meses, entre ellos Maduro, por violaciones a los derechos humanos, acusaciones de narcotráfico y la erosión de las garantías democráticas.
Cabello es considerado uno de los líderes más poderosos del partido de gobierno por los vínculos que mantiene con sectores económicos y la importante ascendencia que tiene en el mundo castrense luego de haber sido oficial del ejército.
Eso quedó en evidencia tras la muerte de Chávez el 5 de marzo de 2013, cuando finalmente se colocó como una figura de primer rango y muy influyente en el gobierno de Maduro, quien fue designado por Chávez como su heredero en caso que falleciese, como ocurrió, o quedara incapacitado por el cáncer que padecía.
jamj