Mientras el voto femenino puede ser el talón de Aquiles que impida al ultraderechista Jair Bolsonaro imponerse en las elecciones del próximo 7 de octubre, el sorpresivo apoyo de las Bolsas y el establishment financiero brasileño se va tornando más palpable cuando faltan solo tres días para los comicios.
Que Bolsonaro, el candidato al que rechaza 46 por ciento del electorado, más que a ningún otro aspirante al Ejecutivo federal, se haya convertido en el favorito de los mercados brasileños supone un paso decisivo para su legitimización.
Será un ultraderechista autoritario, que no esconde ni su apego a la dictadura militar ni su desprecio a las normas democráticas y los derechos civiles de las minorías, pero al menos a los empresarios les parece que vendrá bien para hacer caja.
Las mujeres, que son uno de los blancos preferidos del misógino y racista Bolsonaro, también serán decisivas en la elección del próximo domingo en la que el candidato ultraderechista tiene asegurado pasar a la segunda vuelta junto con Fernando Haddad, el delfín del proscrito ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).
Los datos demográficos indican que las mujeres suman 52.5 por ciento del electorado, es decir 77.3 millones de los 147 millones de votantes.
Varios analistas políticos coinciden en que el voto de las mujeres brasileñas será decisivo este siete de octubre, cuando los habitantes del país más grande de América Latina deberán elegir al nuevo presidente, además de 27 gobernadores, 513 parlamentarios y 54 senadores.
Conscientes del enorme poder del electorado femenino, varios candidatos a la presidencia como el propio Fernando Haddad, Ciro Gomes y Geraldo Alckim, han escogido a mujeres para el cargo de vicepresidente, en un claro intento de atraer el voto de ese sector.
La razón es sencilla: las mujeres, además de representar la mayoría en las urnas, también son las más indecisas en este proceso electoral. Según los datos del último sondeo de Ibope, a pocos días de los comicios la mitad de las mujeres no han decidido aún su voto.
Bolsonaro, considerado un “outsider” del sistema político, ha buscado la aprobación del establishment económico sin pudor. Empezó hace meses a dejar caer ideas cada día más ultra liberales, como explotar tierras que hoy están protegidas para los indígenas o para preservar el medio ambiente y así consiguió el apoyo empresarial.
Este beneplácito es exclusivo de Brasil: en el extranjero, la agencia Standard & Poor’s emitió un comunicado el martes pasado alertando que el segundo favorito en las encuestas, Fernando Haddad, representa la mejor opción para la economía del país sudamericano.
El voto femenino, clave para los comicios de Brasil
LA ALDEA
Las mujeres son más de la mitad del electorado, por lo que su paso por las urnas podría decidir al ganador.
Buenos Aires /
LAS MÁS VISTAS