"Los 'izquierdistas' arroparon a Pinochet"; la Constitución de Chile "se salva" del apruebo

La nueva Constitución de Chile fue rechazada en el plebiscito este domingo por amplia mayoría; aunque los sondeos indicaban el triunfo de la derecha, que estaba en contra del cambio, no se imaginó el resultado.

Los chilenos rechazaron la Nueva Constitución de Chile con el 62 por ciento. (AFP)
Editorial Milenio
Ciudad de México /

Te paralizaste cuando viste en los noticieros chilenos que el 62 por ciento de tus compatriotas había rechazado la nueva Constitución, un borrador que era consecuencia directa del estallido social de 2018.

Ese rechazo significa que unos 7.8 millones de chilenos votaron porque el agua, la salud, la educación y las pensiones continúen en manos de la élite: los latifundistas, los empresarios y los políticos. Significa que los indígenas mapuche sigan sin ser reconocidos, que no haya paridad de género, ni que se le prohíba a empresas estadounidenses que exploten el litio.

En otras palabras: ayer no hubo manera de quemar la Constitución que planeó a punta de tanquetas y muerte el dictador Augusto Pinochet en 1980; Constitución que bien podría considerarse como el acta de nacimiento del neoliberalismo en Latinoamérica.

“Los amarillos arroparon a Pinochet”, le dices enojada a la amiga con la que fuiste a votar al hotel Presidente, en Polanco. Los amarillos, le explicas al reportero, son los “izquierdistas”, como el ex presidente Ricardo Lagos o como la senadora Ximena Rincón (que manejó las pensiones), quienes hicieron campaña en contra del Apruebo. “Esta vez la Democracia Cristiana (DC) le hizo el trabajo a la derecha”, le dices y ella te hace ver que el desprecio a lo popular también ha influido para la derrota.

Al chileno no le gustaron varios integrantes del Constituyente porque venían de las ‘poblas’. Por ser pobres, los despreciaron. Quieren que sus representantes sean hombres, blancos y estudiados”, le dices al reportero con quien hablaste en el hotel Presidente.

Les tocó votar en la mesa 4, la única donde había una larga fila. Ahí te encontraste a tu amigo Marco Ugarte, un fotoperiodista que, al igual que tú, pronosticaba un resultado dividido. También coincidieron en que “mucho chileno facho” vive en México.

Tu amiga y tú se fueron después a un restaurante chileno en la colonia Del Valle. Ahí se encontraron a "E" y a su novia. Comieron pastel de choclo (elote), plateada y tomaron pisco sour. "E" te dijo que gente como su hermano nunca entendieron que la Constitución no es un código penal.

En la televisión, mientras tanto, las noticias que transmitía una televisora chilena decía que el Rechazo era la palabra que más se escuchaba en las casillas. Fueron a casa de tu amiga a esperar los resultados. A mitad del camino, te llegó el mensaje de una amiga en Santiago, conocedora de las encuestas, donde te decía que ganaría el Rechazo. A partir de ese momento, te preparaste para lo peor.

Entonces recordaste toda esa campaña que hicieron los medios y los amarillos. “Ellos son los dueños del agua, de la salud, de las pensiones, por eso impulsaron el rechazo”, le dices al reportero y le cuentas que en la tele miraste que entrevistaron a Pancho Malo, un facho que, a quien se encuentra, amenaza de muerte. “Seguiremos con la Constitución de Pinochet”, decía Pancho Malo, mientras el presidente Gabriel Boric anunciaba en cadena nacional que había invitado a todas las fuerzas políticas y sociales para redactar una nueva Constitución. Brava por la derrota, la derecha no piensa sentarse con Boric.

“Estoy segura de que la nueva Constitución será negociada con la derecha”, le dices al reportero. “Los que hoy votamos el Apruebo rechazaremos ese borrador pero será aprobada por los que hoy votaron el Rechazo. Pinochet no morirá”.

dr

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