Jóvenes cubanos, los líderes de las protestas contra el gobierno con el poder de las redes

Las manifestaciones en Cuba han sido las más grandes desde el 'Maleconazo' de 1994; sin embargo, estas protestas están siendo lideradas por los jóvenes que ahora cuentan con el poder de las redes sociales.

Las protestas en Cuba cumplirán una semana de haberse iniciado. (AFP)
El Mundo
La Habana /

Los cubanos regresaron a las calles como no se había visto desde el 'Maleconazo' de 1994, que representó no sólo la caía de la Unión Soviética y la guerra fría, sino también de la mayor crisis en la isla por la escasez de alimentos y la migración precaria hacia las costas de Estados Unidos.

Casi 27 años después, Cuba estalló nuevamente en protestas. La mecha se encendió en el barrio de San Antonio de los Baños en La Habana, que en pocas horas ya se había extendido a la capital y el resto del país. Miles de personas confluían en masa hacia a su plaza más cercana para gritar "Libertad".

Cuba no enfrentaba protestas masivas desde el Maleconazo de 1994. (AFP)

Yander, de 35 años, iba corriendo en sandalias y sin camiseta por la calle Galiano en La Habana para sumarse a los gritos de "Patria y Vida", un tema de rap que se convirtió inmediatamente en el himno de las protestas en la isla. Su madre le había gritado "¡Mijo, se te queda el nasobuco (cubrebocas)!", logró alcanzarlo para darle un trozo de tela negra, pero no lo ha vuelto a ver desde entonces.

A unos pasos del Capitolio de La Habana —sede del Parlamento cubano— Agustín, de 28 años, estaba dando gafas y audífonos a los pocos peatones que pasaban por ahí. Con el paso de las horas, en el que llegaron decenas de manifestantes, principalmente jóvenes, le pidió a uno de los ellos que lo pudieran movilizar. Debido a su incapacidad no fue detenido, pero sí recibió golpes de la policía en uno de sus brazos. 

Mireya vio llegar la multitud en sobre el boulevard de San Rafael, donde vive. Le acababa de gritar a una de sus vecinas durante la madrugada del lunes, que ofrece muchos de los productos que habían sido desaparecidos tras la conversión de los pesos cubanos y que estaban dentro del mercado negro de divisas. Su hija Karla, de 16 años, solamente había bajado de un balcón para grabar un video y horas después la policía la detuvo. 

Esto ha sido ocasionado debido a la crisis económica y de recursos en Cuba. (AFP)

En Santiago de Cuba, en el distante poblado de Palma Soriano, Severino se ha quedado ronco de tanto gritar. "De mi familia salimos cuatro pero sólo regresamos dos, los otros no sabemos dónde están y no nos dicen nada. Ni lo pensamos, ese día lo único que yo tenía en el estómago era un buchito de café... pero cómo rindió aquel café, parecía que me había comido una pierna de puerco". 

Severino, quien está jubilado con la mínima pensión de unos 470 pesos mexicanos mensuales, le sale una risa cuando oye que las voces oficiales dicen que "el imperialismo" fue a pagarle para irse a manifestar a las calle.

Una joven graduada de Economía, sin declarar su nombre, dijo que valió la pena "perder la cartera y un zapato" por participar en las manifestaciones; fue uno de los primeras en salir a las calles en la localidad de San Antonio, en la provincia de Artemisa, conocida por albergar la Escuela Internacional de Cine y Televisión y el Festival Bienal del Humor.

En Cuba, la crisis económica se fue acrecentando debido a la pandemia de covid-19. (AFP)

Lamentó las fallas de electricidad constantes en dentro de su hogar. "Éramos la villa del humor, ahora somos la del honorMi madre no quiso venir conmigo porque tenía miedo y ahora está arrepentida de no haber vivido ese día histórico ahí mismo, junto a los demás", se ufana la joven. Su relato se ve interrumpido constantemente por una tos seca que preocupa, esto debido a la pandemia de covid-19, pero que "morir cada día con las angustias y las miserias" es peor que el virus.

En Sancti Spíritus, Mercedes pasó ese domingo pegada a la pantalla de su celular, consumiendo los vídeos que iban saliendo de las protestas en otras provincias. Entre varios vecinos pusieron dinero para comprar una recarga que les permitiera estar más tiempo conectados y no perderse ningún detalle. "Por la noche, la única luz era la de la pantalla, porque estábamos en apagón".

El lunes, al día siguiente, Mercedes decidió dejar su trabajo en una oficina estatal, esto tras ser convocada por su jefe después de que éste le dijera que "cada trabajador debe hacer un compromiso público de que va a estar al lado de nuestro Partido Comunista y en contra de esos mercenarios que nos quieren arrebatar la Patria"

Las protestas en Cuba han sido principalmente coordinadas por los jóvenes. (AFP)
"Aunque nos quedemos sin un peso en esta familia, a mí nadie me va a poner un palo en la mano para partirle la cabeza al hijo de un vecino. Conmigo que no cuenten", dijo Mercedes.

La misma historia se repite en varios empleados que estaban trabajando para el gobierno cubano. Un empleado de una editorial oficial aseguró que habían sido trasladados hacia una finca de la Unión de Jóvenes Comunistas para cortar ramas y hacer palos "para que los trabajadores se defiendan de las provocaciones de los mercenarios", en privado afirman que no golpearán a nadie.

Los que se han negado en participar en la movilizaciones, han sufrido ataques en su contra por parte de sus antiguos compañeros, así como un escarche "violento y humillante". 

Leidy Laura, de 24 años, atiende el teléfono mientras amamanta a su bebé, es su hermana que radica en Miami, y le asegura que han seguido las protestas en la isla en la televisión, con la esperanza de que caiga del régimen comunista. 

Las redes sociales se han convertido en una de las principales herramientas en las protestas en Cuba. (AFP)

"Esto está aquí militarizado, las calles llenas de policías y de hombres armados con piedras y bates de béisbol", le responde con preocupación ya que su hermana en Camagüey lleva tres días sin salir de casa por miedo de quedar atrapada en una de las talanqueras (cercos) puesto en la ciudad. 

Con sus padres originarios de La Habana, Leidy había escuchado historias del histórico 'Maleconazo' del 5 de agosto de 1994, pero dice que "esto ha sido mucho más grande y por casi toda la isla. Aquello fue el ensayo y esto la puesta en práctica"

"Mi papá siempre me cuenta que aquella vez él se ilusionó mucho con que la dictadura se caía, pero de eso han pasado casi 30 años y esto sigue en pie", agrega con cierto pesimismo. "Ya yo me había hecho a la idea de que mi hijo iba a tener que crecer con libreta de racionamiento y gritando en la escuela Pioneros por el comunismo, seremos como el Che, pero con lo que pasó el domingo, no sé, me ha vuelto la esperanza".
El gobierno de Cuba ha estado reprimiendo las protestas y acusó a EU de desestabilizar el país. (AFP)

Las ilusiones no recorren a todos. El miedo también campea a sus anchas en la isla. Algunos temen que esto aumente la represión en la isla, esto tras los dichos del presidente Miguel Díaz-Canel en el aseguró en un mensaje televisado que "la orden de combate está dada" y que están "dispuestos a todo".

"Esto se puede volver invivible, si la gente no logra salir para comprar comida porque los enfrentamientos y las barricadas están por todas partes, nos vamos a morir de hambre porque nadie tiene reservas de nada», dijo Viviana, que hasta la llegada de la pandemia regentaba un próspero negocio de alquiler de habitaciones para turistas cerca de la ciudad de Cienfuegos.

"Este país ya estaba al borde de una crisis humanitaria y ahora con esto vamos más rápido hacia el abismo. Si las organizaciones internacionales no nos ayudan vamos a terminar cayendo como moscas. "Esto se veía venir, ya era demasiado lo que estábamos sufriendo y la gente joven es distinta. Ya no se creen los mismos cuentos, ni los puedes convencer con historias del pasado".
Las protestas se han extendido a otras regiones más allá de Cuba. (AFP)

La juventud ha sido la protagonista de estas protestas, en las que apuntan con un cambio al modelo político en la isla, en el que pese a que han crecido con el más férreo adoctrinamiento, se sienten más ciudadanos del mundo por las nievas tecnologías. 

Uno de ellos es Lucas, de 22 años, que llevan no sólo refugiándose en Facebook, Instagram y Tik Tok, sino que también en los hilos de Telegram y WhatsApp, donde se ventilan sus frustraciones bajo el anonimato. 

"Nos reunimos y empezamos a hablar el mismo idioma", recuerda ahora sobre un encuentro en una esquina del barrio de El Vedado, en La habana, en el que desde ahí partieron por las calles. No tenían un líder, no formaban parte de un partido opositor, pero se convirtieron en la espina clavada en el corazón de un sistema agonizante.

Los jóvenes llevan años burlándose del discurso oficial, mismo que ya no encienden la televisión estatal para ver lo que "prepara el Partido". Muchos aseguran que son el futuro, mientras los policías y militares los reprimen, esto con la defensa de un pasado que teme por caer ante el ocaso de los hermanos Castro. 

dmr

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