Lamentan España y Brasil la muerte de Pere Casaldàliga, "el obispo del pueblo"

El religioso español, radicado en Brasil, fue conocido como "el obispo del pueblo" por defender a las comunidades indígenas y a los más necesitados; falleció el sábado debido a una neumonía con derrame pulmonar.

El obispo Pere Casaldàliga en foto de archivo de 1995. (EFE)
Editorial Milenio
Batatais, Brasil /

Varios países de América Latina, y su natal España, lamentaron la muerte del Pere Casaldàliga, el "obispo del pueblo" de Brasil y uno de los impulsores de la rama religiosa revolucionaria Teología de la Liberación, principalmente Brasil y Nicaragua. 

"Activista en favor de los indígenas y firme defensor de la teología de la liberación, el obispo Casaldáliga creyó en la justicia y en la esperanza, y en la opción por los pobres, el acceso a la tierra, la defensa de los más débiles y de las comunidades indígenas, así como en la protección de la Amazonía y el medio ambiente", dijo el gobierno español en una nota.

El cuerpo del religioso, fallecido en la mañana de este sábado a los 92 años, descansa en un modesto un ataúd, ubicado sobre unos estrados de madera, a los pies del altar de la capilla de los Claretianos de Batatais, localidad del sudeste de Brasil en la que falleció mientras se trataba de una infección pulmonar.

Casaldàliga huyó de la dictadura de Francisco Franco y se refugió en Brasil durante los años setenta. (EFE)

¿Quién fue Pere Casaldàliga?

Pere (Pedro) Casaldàliga, quién nació en Cataluña el 16 de febrero de 1928 en Balsareny (Barcelona), vivía en Brasil desde 1968 y estaba ingresado desde el martes 4 de agosto en la Santa Casa de un municipio localizado al interior del estado de Sao Paulo, aquejado de una neumonía con derrame pulmonar, aunque su estado de salud ya era delicado en los últimos años, pues también padecía parkinson.

El prelado había sido trasladado en una avioneta a Batatais desde la remota localidad de Sao Félix de Araguaia, a unos 2 mil kilómetros de distancia, donde ejerció su actividad pastoral como Obispo. Casaldàliga defendió durante décadas a las etnias indígenas del Amazonas y se enfrentó a terratenientes para frenar la violencia en el campo en favor de los más necesitados.

En la ceremonia íntima, los restos mortales del religioso estuvieron acompañados de forma sobria y austera por algunos de sus hermanos claretianos y unos pocos feligreses en el primero de los tres velatorios que se le celebrarán.

El de Batatais se extenderá hasta el domingo y los otros dos se realizarán a partir del próximo lunes 10 de agosto en la región de Mato Grosso, donde desempeñó sus labores pastorales, en las localidades de Ribeirao Cascalheira y en Sao Félix de Araguaia, donde era el obispo emérito y donde será enterrado el miércoles 12 por la mañana.

Durante su misión pastoral en Brasil, Casaldàliga participó en la fundación de la Comisión Pastoral de la Tierra y Consejo Misionero Indígena, ambas organizaciones vinculadas a la Iglesia Católica. A lo largo de su vida, el religiosos claretiano asumió el "espíritu del sacrificio", lo que siempre se vio reflejado en su estilo de vida, pues practicaba lo que predicaba y llevaba una vida austera y sin lujos.

Hijo de campesinos y ordenado sacerdote en la España de la dictadura de Francisco Franco, llegó a sufrir amenazas de muerte en diversas ocasiones por enfrentarse a los intereses del poder rural y político en Brasil.

Casaldàliga fue uno de los principales impulsores de la rompedora corriente de la Teología de la Liberación, que estuvo en boga en los años 60 y 70 en América Latina y que coincidía con puntos de la doctrina marxista por su defensa de la emancipación de los oprimidos. En aquella época, la Curia romana vio con cierto recelo el ascenso de esta revolucionaria corriente.

En los próximos días se realizarán las misas para despedir al obispo en Brasil. (AFP)

Condolencias en España y Brasil

Desde su Cataluña natal se multiplicaron las reacciones sobre su desaparición. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el vicepresidente Pere Aragonès han destacado de él su compromiso con los oprimidos y su lucha en favor de los más pobres y desfavorecidos.

También envió una nota de pesar el Gobierno de Nicaragua, país en el que Casaldàliga practicó su labor pastoral. En una declaración suscrita por el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, ambos le recordaron. El prelado español visitó el país centroamericano durante la primera administración sandinista entre 1979 y 1990.

"A Dom Pedro Casaldàliga, héroe de los humildes, él mismo humilde, sin más pretensión que servir a Dios en el pueblo, le debemos seguir, caminando ese legado de comunidad cristiana, fraternal y vital", destacaron ambos.

Casaldàliga era amigo del fallecido sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, quien pasó de símbolo de la revolución sandinista a ser un "perseguido político", como él mismo se declaró, del gobierno de Ortega, con el que se distanció por su forma de dirigir el sandinismo.

En Brasil, la muerte del prelado catalán generó numerosas reacciones de pesar, entre ellas las de los expresidentes de Brasil los izquierdistas Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff. Lula señaló que el legado y las enseñanzas del obispo español permanecerán entre los brasileños.

"Nuestra tierra, nuestro pueblo pierden hoy a un gran defensor y a un ejemplo de vida generosa en la lucha por un mundo mejor, que echaremos mucho de menos", señaló el ex mandatario.

Rousseff expresó su sentir por la partida de Casaldàliga en las redes sociales de quien se refirió como "un hombre de fe y perseverancia", "un hombre de esperanza en medio de una injusticia que avergüenza a todos los que luchan por días mejores", indicó.

dmr

LAS MÁS VISTAS