Gabriel Boric, próximo presidente de Chile, cuenta con cuatro tatuajes que están inspirados en la región Sur del mundo. Su tatuadora, Yumbel Góngora, explicó el origen de cada dibujo y aquí te lo presentamos.
Yumbel Góngora, una artista del tatuaje en Chile, entró en contacto por casualidad con Gabriel Boric cuando él era un líder estudiantil. Ambos platicarían sobre el diseño del que sería el primer tatuaje visible de Boric. Sin embargo, la idea no se concretó entre ellos y fue realizada por otro tatuador.
La artista mantuvo contacto con el que poco después se convertiría en diputado electo en 2014 y le diseñó su primer tatuaje de gran tamaño, escondido en su hombro derecho, que representa el mapa de Magallanes. Yumbel nunca imaginó que, años después, Gabriel Boric se convertiría en el presidente electo de Chile.
Boric, un izquierdista de 35 años que ganó la segunda vuelta de la liza presidencial, tiene cuatro tatuajes y todos vinculados a la región más sureña del mundo —Magallanes— de la que es oriundo. Impondrá su sello como un joven líder con tatuajes visibles, algo llamativo y al parecer único en un presidente latinoamericano.
La mayoría de sus tatuajes fueron diseñados por Góngora. "Todos sus tatuajes giran en torno a su región de origen. Es importante para una persona nunca olvidarte de dónde vienes, eso siempre te mantiene con la vista enfocada a dónde están las cosas importantes, no dejarte llevar por la fama”, dijo la artista.
Boric arrasó con el voto joven y urbano. Para Góngora el presidente electo representa una mezcla de urbanismo y identidad regional, que marca su carácter, humildad y accesibilidad.
Góngora dice que encuentra en el tatuaje la mejor forma de expresarse como artista visual. Aseguró que estudió durante meses mapas antiguos de esa región en los confines del mundo para ese primer diseño del tatuaje del ahora presidente electo.
“Con Gabriel siempre es un poquito más largo que con otros clientes por el tema de su tiempo. Entonces como que a veces empezamos a hablar aquí, pero revisamos acá el boceto y después hacemos el tatuaje como con meses de distancia”, afirmó. “Lo encuentro un joven normal, no sentí que estaba con alguien famoso; es alguien tranquilo, sencillo, conversamos de muchas cosas, pero hace mucho tiempo de eso”.
Góngora le realizó dos tatuajes más: una lenga magallánica —un árbol que en ese extremo del mundo es mecido por los fuertes vientos del lugar— en una clavícula, y el faro de su brazo izquierdo, que ha sido muy fotografiado.
Hizo varios bocetos para ese faro, que desde los confines del planeta sigue ofreciendo su luz y que se convirtió en una especie de emblema en la vida de Boric, cuando atravesaba una depresión personal, de la que habló, y por la que fue criticado durante el primer tramo de la campaña.
Góngora aseguró que el presidente electo le habló de ese símbolo que apareció en uno de sus sueños. “Un faro que ilumina en una isla desierta”, dijo la tatuadora, quien estudió artes visuales en la Universidad de Chile.
El estudio de Góngora está lleno de dibujos delicados de distintos signos, en un espacio cuidado y abierto a la diversidad sexual, lleno de referencias combativas y feministas.
“He tratado de hacer de mi estudio, mi taller, un lugar político y seguro para las mujeres y disidencias”, explicó Góngora, cuyo pelo combina el negro azabache con distintos tonos de verde y cuenta con decenas de tatuajes armónicos. “He votado desde hace poco en mi vida. Las esperanzas de todos están puestas en lo que pueda hacer Gabriel con su equipo en este momento”.
Góngora se define como una “anarcofeminista”, y dice que por eso no ejerció su derecho al voto durante mucho tiempo, hasta que vio que esa acción podía ser contraproducente. “Empecé a votar cuando Sebastián Piñera se postuló por segunda vez y dije: ‘esto no puede ser, esto no puede ser, me está saliendo el tiro por la culata'".
“Claramente ahora se apuesta porque Boric haga lo que tiene que hacer y que con esto se pueda seguir avanzando en este proceso de hacer de poquito un país mejor”, dijo, sonriendo.
En su carpeta guarda un boceto de un quinto tatuaje para el nuevo presidente, mismo que fue acordado hace tiempo. No sabe si la estética más rockera y descuidada que caracterizó a Boric, y que tuvo que abandonar en esta etapa más formal de su vida como principal figura política del país, le permitirá que ese proyecto pueda concretarse.
ROA