El insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia y el gobierno del presidente saliente, Juan Manuel Santos, terminaron en La Habana el sexto ciclo de conversaciones paz, pero sin alcanzar el alto al fuego bilateral que negociaban.
Las partes tampoco lograron un “diseño de participación popular” en el esperado cese de la beligerancia y se conformaron con suscribir una declaración política en la que se habla de “avances”, aunque sin mayores resultados prácticos.
Gustavo Bell, jefe negociador del gobierno, y Pablo Beltrán, del ElN, resaltaron la importancia del camino recorrido durante estos diálogos y reiteraron la vigencia de esa vía como solución política para poner fin al conflicto, aunque al mismo tiempo reconocieron que no alcanzaron "acuerdos completos".
El único cese al fuego bilateral que se desarrolló durante los diálogos fue entre el 1 de octubre de 2017 y el 9 de enero de 2018.
"Avanzamos en la precisión de los elementos necesarios para sentar las bases de un nuevo acuerdo, quedando pendiente concertar otros que permitirán su implementación y hacer más efectivo el trabajo del Mecanismo de Veeduría y Verificación", señalaron.
No obstante, ambas partes aseguraron que sí definieron los fundamentos de un futuro acuerdo.
"Concertamos que será transversal y articulará los puntos de la agenda: democracia para la paz, transformaciones para la paz y víctimas. Tendrá un carácter amplio, plural, transparente, e identidad propia", señalaron.
A partir de ahora, sin embargo, las negociaciones quedarán en manos del presidente electo Iván Duque, quien asumirá la jefatura del gobierno el próximo 7 de agosto y ha dicho que la única forma para continuar el diálogo es que esa guerrilla se concentre en una zona predeterminada previamente y suspenda todo tipo de accionar violento.
Este proceso inició con acercamientos en el 2012, avanzó a una fase exploratoria y confidencial en 2014, e instaló la fase pública en febrero de 2017.
jamj