Al menos 62 personas murieron por la explosión de un camión cisterna en la madrugada del martes en Haití, según un nuevo balance de las autoridades, mientras el personal sanitario teme un mayor número de víctimas mortales dado el alto número de heridos en estado crítico.
La explosión es la tragedia más reciente que afecta a este país caribeño asolado por la pobreza, la violencia de las bandas, la parálisis política y la escasez de combustible.
El primer ministro, Ariel Henry, visitó el lugar de la tragedia y dijo que su corazón estaba "roto" después de conocer a algunas de las decenas de heridos en un hospital local. Según Patrick Almonor, vicealcalde de Cabo Haitiano, donde se registró el accidente, el vehículo volcó en la ruta después de que el chofer del camión cisterna tratara de esquivar un mototaxi.
Luego, residentes corrieron hacia el camión, a pesar de las advertencias del conductor, para hacerse con el combustible, un bien sumamente preciado en el país. La cisterna explotó poco después, matando a una buena parte de ellos.
"Tenemos hasta ahora contabilizados 62 fallecidos", declaró Almonor, que previamente había dado un balance de 60 muertos, y agregó que la autoridades seguían buscando víctimas.
"Una veintena" de domicilios en los alrededores del lugar de la explosión se incendiaron, según Almonor, lo que hace prever un saldo mayor de víctimas. "No estamos todavía en capacidad de dar detalles sobre el número de víctimas en el interior de las viviendas", añadió. Además, la identificación de los fallecidos tomará tiempo. "En este momento es imposible identificarlas" debido a sus quemaduras, indicó el funcionario.
Desbordados y sin medios para atender a heridos
El hospital Justinien, donde fueron trasladadas numerosas víctimas de la explosión, estaba desbordado frente al flujo de heridos, muchos de ellos en estado crítico.
"No tenemos los medios para atender a las numerosas personas gravemente quemadas" que llegaron, dijo una enfermera del hospital. "Temo que no vamos a poder salvar a todos", sentenció. "Las personas tienen quemaduras en más de 60 por ciento de la superficie corporal", precisó el doctor Calhil Turenne, quien contabilizó 40 heridos graves y dos fallecidos en el hospital.
Ante la emergencia, el primer ministro también anunció el despliegue de hospitales de campaña "para brindar la atención necesaria a las víctimas de esta terrible explosión".
Después de visitar el hospital, el primer ministro Henry se declaró "con el corazón "roto" por ver "el estado crítico de algunos de nuestros compatriotas". Henry llegó en avión acompañado de trabajadores sanitarios adicionales y escribió en un tuit que había expresado "solidaridad con las familias en duelo".
Henry, que ha liderado el país desde julio después de que el presidente Jovenel Moise fue asesinado en un complot todavía sin esclarecer, declaró un período de duelo nacional tras la explosión.
Crisis permanente en Haití
El país más pobre del Caribe, enfrenta una fuerte escasez de combustibles, debido a que pandillas acaparan una parte de la red de suministro. El país nunca ha producido suficiente electricidad para satisfacer las necesidades de su población.
Incluso en las zonas acomodadas de la capital, la empresa estatal de electricidad de Haití solo proporciona, como máximo, unas pocas horas de energía al día. Este año, las bandas armadas han aumentado considerablemente su dominio sobre Puerto Príncipe, controlando las carreteras que conducen a las tres terminales petroleras del país.
En las últimas semanas más de una decena de vehículos de transporte de combustible fueron secuestrados por bandas que exigieron fuertes rescates para la liberación de los conductores. Esto despierta un fuerte descontento entre la población de Haití, que también fue escenario el lunes de manifestaciones contra el aumento de los precios de la gasolina.
Desde octubre, las redes de telecomunicaciones y los medios de comunicación han reducido drásticamente sus actividades en todo el país, por no poder encontrar combustible para los generadores térmicos que abastecen de electricidad a las antenas.
La falta de combustible también está afectando el acceso al agua y a los servicios médicos, en un país donde muchas personas dependen de empresas privadas para entregar agua en camiones a los sistemas domésticos.
Haití ya había sufrido un golpe de extrema dureza el 12 de enero de 2010 por un terremoto que devastó Puerto Príncipe y varias localidades del país, matando a más de 200 mil personas y ahondando la crisis económica local.
Se suma la profunda crisis política reinante desde entonces y que tuvo su momento más crítico en julio de este año cuando un comando asesinó al entonces presidente haitiano, Jovenel Moise, un incidente aún bajo investigación y que tuvo participación de extranjeros.
Además la inseguridad está en niveles altísimos. Este año las pandillas han cometido 782 secuestros para exigir rescate, el último más relevante fue en octubre de 17 misioneros norteamericanos (16 estadunidenses y un canadiense). Estos factores han generado una ola de migración masiva de haitianos hacia países Latinoamérica y hacia Estados Unidos.
dmr