El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aprovechó sus declaraciones por motivo de su cumpleaños este domingo, para renovar sus ataques contra las medidas restrictivas para frenar al covid-19, y prometió a sus seguidores que peleará por su "libertad".
"Están estirando la liga, hago cualquier cosa por mi pueblo. Ese cualquier cosa es lo que está en nuestra Constitución, nuestra democracia y nuestro derecho de ir y venir", afirmó Bolsonaro a un grupo numeroso de seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia.
El cumpleaños de Bolsonaro
El presidente de Brasil nació el 21 de marzo de 1956 en el pequeño municipio de Glicerio, en el estado de Sao Paulo. De ascendencia italiana y alemana, así como aficionado del Palmeiras, Bolsonaro entró desde los 15 años a la Academia Militar, en que tuvo cierta participación durante la Dictadura Militar de 1964-1985 y posteriormente fue diputado por Río de Janeiro.
El mandatario de extrema derecha ha desafiado casi todas las recomendaciones de expertos desde el inicio de la pandemia sobre el distanciamiento social y el uso de cubrebocas para detener el avance mortal del covid-19. Mismo que sus acciones han generado denuncias en su contra por cometer acciones de genocidio por activistas.
Cientos de simpatizantes, muchos de ellos sin cubrebocas, se reunieron para felicitarlo por su 66 cumpleaños al mandatario, al que le regalaron un pastel y multitud de gritos a su favor.
Bolsonaro se acercó a saludarles en compañía de la primera dama, Michelle; y del ministro de Seguridad Institucional, el general Augusto Heleno, y pronunció un discurso en el que dejó ver su negacionismo en torno a la crisis de la covid-19.
"Algunos tiranos cortan la libertad de muchos de ustedes. Pueden estar seguros de que nuestro Ejército es verde oliva y es de ustedes también. Cuenten con las Fuerzas Armadas por la democracia y por la libertad", expresó el gobernante, que es ex capitán de la reserva. "Pueden estar seguros de que pueden confiar en nosotros. Ustedes me dieron un voto de confianza y en cuanto sea presidente sólo Dios me va a sacar de aquí", garantizó.
También insistió en que "el pueblo" lo que más le pide es "trabajar" y que, en ese sentido, hará lo posible para revertir las restricciones a la movilidad impuestas por los estados y municipios.
"Vamos a vencer esta batalla. Pueden estar seguros de que nosotros estamos en el lado correcto, el lado del bien, y no queremos que Brasil se sumerja en el camino del socialismo", subrayó.
A través de la Abogacía General de la Unión, Bolsonaro demandó esta semana a la Corte Suprema limitar el poder de gobernadores y alcaldes a la hora de imponer restricciones para contener el alto número de contagios.
La cuestionada gestión de Bolsonaro sobre la pandemia ha sido objeto de fuertes críticas, incluso de sectores de derecha y el centro, y ha derivado en que, por ese y otros asuntos, ya hayan llegado a la Cámara de Diputados unos 70 peticiones de apertura para un juicio político con fines de destitución.
Brasil acumula hasta la fecha cerca de 12 millones de positivos y 293 mil muertes por covid-19, según datos oficiales, y afronta la peor fase de la pandemia con buena parte de sus hospitales públicos colapsados o al borde de ello. Actualmente es el lugar del planeta que más decesos y contagios registra al día, por delante incluso de Estados Unidos.
Bolsonaro ha adoptado recientemente un tono pragmático bajo presión por la aceleración de la pandemia. Eso incluye su aparición este domingo con cubrebocas, antes una rareza, para saludar a los partidarios que le deseaban un feliz cumpleaños frente al palacio presidencial en Brasilia.
Sin embargo, en la multitud eran muchos los que no l, y Bolsonaro renovó en un discurso improvisado su oposición a las recomendaciones de quedarse en casa y cierres parciales, impuestos por alcaldes y gobernadores preocupados por el posible colapso del sistema de salud.
Bolsonaro argumenta que el daño económico causado por los bloqueos es peor que el virus. Pero en una señal de la presión que enfrenta, casi 200 economistas y líderes empresariales, incluidos varios ex ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales, publicaron una carta abierta el domingo instando al gobierno a acelerar la lenta campaña de vacunación de Brasil e implementar una política coordinada a nivel nacional contra la pandemia.
"La polémica en torno al impacto económico del distanciamiento social refleja una falsa dicotomía entre salvar vidas y garantizar el sustento de la población vulnerable", dice la misiva. "No es razonable esperar que la actividad económica se recupere en medio de una epidemia descontrolada", añaden los autores que definen la situación económica y social de Brasil como "desoladora".
Las autoridades informaron que las unidades de cuidados intensivos están en más del 80 por ciento de ocupación en 25 de los 27 estados, y casi saturadas en algunos puntos, incluidas las ciudades más grandes de Brasil, Sao Paulo y Rio de Janeiro.
Los gobiernos de estas dos dos últimas han implementado medidas restrictivas en los últimos días en un intento por evitar el desborde que se ha visto en lugares como Manaos, la capital del Amazonas brasileño.
dmr