El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó oficialmente su candidatura a la reelección, en un acto en Rio de Janeiro marcado por violentos ataques a la máxima corte de justicia, críticas a su principal adversario, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, y un tono belicoso que pareció ignorar los consejos de su equipo de campaña.
Bolsonaro usó el evento como plataforma para convocar a sus seguidores a "salir a las calles por última vez" el 7 de septiembre, fecha en que el año pasado hubo manifestaciones marcadas por consignas antidemocráticas.
La oficialización de Bolsonaro como candidato a las elecciones del 2 de octubre ocurrió en la convención del Partido Liberal (PL) en Rio, cuna política del presidente. Según los organizadores, 12 mil personas siguieron el discurso, aunque había huecos entre el público.
"Convoco a todos ustedes para que el 7 de septiembre vayamos a las calles por última vez", dijo en tono encedido para atacar como hace habitualmente al Supremo Tribunal Federal (STF). "Esos pocos sordos de capa negra tienen que entender lo qué es la voz del pueblo", dijo sobre la corte suprema. "¡Supremo es el pueblo!", respondieron sus seguidores.
El mandatario habló por más de una hora en el gimnasio Maracanazinho, donde hubo un clima festivo, con sus seguidores vistiendo en su mayoría los colores de la bandera de Brasil, verde y amarillo. Bolsonaro dijo que pide a Dios "que Brasil nunca experimente los dolores del comunismo", en una referencia al ex presidente izquierdista, a quien, sin nombrarlo acusó de querer cercenar libertades si regresa al poder en las elecciones de octubre en la que es claro favorito.
El mandatario apeló directamente a los jóvenes brasileños, que en su mayoría, según los sondeos, prefieren a Lula, líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Lula, a la cabeza en las encuestas
El comité de campaña del mandatario trabaja para revertir la desventaja en las encuestas respecto a Lula, favorito para la elección del 2 de octubre. El último sondeo de Datafolha de junio mostró a Lula con 47 por ciento de intención de voto, seguido por 28 por ciento de Bolsonaro. Cerca de Bolsonaro, en tanto, manejan encuestas que muestran al presidente 7 puntos detrás del izquierdista.
"Tenemos que atraer al joven de izquierda para nuestro lado, mostrarle la verdad (..) donde su candidato apoyó a otros por América del Sur, miren la miseria en que están esos países, miren a Venezuela (..) miren para dónde está yendo nuestra Argentina, con 50 por ciento próximo de la línea de pobreza", aseguró el mandatario. "¡Lula, ladrón, tu lugar es la prisión!", bramó la multitud.
Haciendo alusión a la familia y a la defensa de los valores pero sin mencionar su nombre, Bolsonaro acusó a Lula de promover el aborto y las drogas y de querer "enseñar sexo" a los niños mediante la "ideología de género" que, según él, quiere implementar en las escuelas si llega al poder.
"Esa misma persona que quiere legalizar el aborto en Brasil, esa misma persona que quiere legalizar las drogas en Brasil, esa misma persona que dice que la guerra de Ucrania se resuelve tomando cerveza... ¿será que sabe lo que sufre una madre con un hijo dependiente de drogas?", dijo Bolsonaro en tono de reproche.
Antes del lanzamiento, un asesor próximo de Bolsonaro había dicho que el comité de campaña le recomendó enfocarse en una agenda propositiva, centrada en la economía y los esfuerzos del gobierno por disminuir los precios de los combustibles y por reforzar ayudas sociales, y abandonar polémicas como los ataques a las urnas electrónicas.
Sin embargo, además de atacar al Supremo, Bolsonaro citó indirectamente las acusaciones de vulnerabilidad de las urnas electrónicas al asegurar que sus seguidores "no admiten fraude". Entre el público, lucían consignas como "Dios, Patria y Familia", su lema de campaña desde 2018, y también se vio una bandera del ex presidente estadunidense Donald Trump.
También habló de su encuentro con el presidente ruso, Vladímir Putin, que consideró necesario para "garantizar la seguridad alimenticia de Brasil y del mundo", por ser el principal proveedor de fertilizantes en el país, que es uno de los mayores exportadores de alimentos del planeta.
Asimismo, insistió en que su gobierno "hace todo lo posible" por preservar la Amazonía, pero recordó que allí viven 25 millones de personas "que tienen que ser protegidas por nosotros", una labor que, insistió, es realizada en buena parte por el Ejército.
La lealtad incondicional pesó más para Bolsonaro a la hora de escoger su fórmula vicepresidencial que la certeza de que una mujer le ayudaría a sumar votos de una población que poco comulga con el machismo del que alardea y con la misoginia que ha pregonado a lo largo de su carrera política.
De este modo, prefirió al general Walter Souza Braga Netto, ex ministro de Defensa y de Presidencia, en lugar de la ex ministra de Agricultura, Tereza Cristina Correa, cuyo nombre sonaba con fuerza como posible candidata a la Vicepresidencia.
Aliado y defensor absoluto del mandatario brasileño, el militar comparte con Bolsonaro la devoción por la dictadura, la política de "mano dura" contra la delincuencia, el negacionismo ante la covid-19 y la desconfianza en el sistema electrónico de votación. Prometió que si es reelecto, mantendrá en 2023 el Auxilio Brasil, principal programa de asistencia social, en 600 reales (unos 110 dólares / 2 mil 240 pesos mexicanos), valor recientemente incrementado hasta diciembre.
Michelle precedió al presidente con un pequeño discurso en el que dijo orar por su marido y aseguró que Bolsonaro fue el presidente "que más leyes sancionó para la protección de las mujeres". La esposa del mandatario fue apuntada por la campaña como una pieza clave para intentar disminuir el rechazo en el electorado femenino y fidelizar el voto de los evangélicos.
Bolsonaro, quien se apoyó en los evangélicos para llegar a la Presidencia en 2018, también dio protagonismo a la religión en el acto de lanzamiento de su candidatura, que comenzó con una oración.
El mandatario apareció en el escenario con un chaleco antibalas bajo su camisa. El Gabinete de Seguridad Institucional dispuso un fuerte operativo, con revistas y detectores de metales, luego de episodios de violencia política que vienen agitando la campaña en Brasil. Un mes antes de las elecciones que ganó en 2018 Bolsonaro fue apuñalado en el estómago durante un mitin.
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