Keiko Fujimori, quien cumple desde hoy 36 meses de prisión provisional por supuestos lavado de activos y organización criminal, entró a la política peruana a los 19 años, cuando aceptó en 1994 ser primera dama de su padre, el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), ahora preso por delitos de lesa humanidad.
Ese cargo, con el que se halló por accidente ante la escandalosa separación de los padres, marcó el inicio en la política de quien con el tiempo mostró características muy similares a las del progenitor: un carácter fuerte y una manera vertical de ejercer el poder.
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Cuando el gobierno de Fujimori cayó en 2000 en medio de una crisis por corrupción, Keiko puso la cara por la familia y se convirtió en la principal heredera del legado de su padre.
Casi sin experiencia, pero con el peso del apellido, tomó las riendas del sector de derecha radical e intentó tímidos deslindes con la corrupción y el autoritarismo del gobierno su padre, quien desde 2007 paga 25 años de prisión como autor mediato de 25 asesinatos y dos secuestros agravados.
En 2011 y 2016 Keiko se postuló a la presidencia por el partido Fuerza Popular (FP), fundado por ella misma bajo el legado ideológico del padre. Perdió en ambas ocasiones por poco, pero hoy tiene control del Congreso con una fuerte bancada.
Las sospechas de corrupción que siempre rodearon a FP tomaron peso desde que surgieron indicios de que el partido financiaba millonarias campañas con dinero ilícito. Aunque Keiko lo negaba y aseguraba que eran aportes de simpatizantes, para la Fiscalía el relato era inverosímil.
Las pesquisas del juez José Domingo Pérez apuntaron a que Keiko lideró dentro del partido una organización criminal para lavar más de un millón de dólares que le aportó la cuestionada constructora brasileña Odebrecht para la campaña de 2011, según testimonios de ex directivos de la firma.
"(Keiko) era la maquinadora, autora de una estructura de poder para que otros hagan esos delitos. Es decir, era la mujer de escritorio que maquinaba este aparato", afirmó el juez que dictó la prisión preventiva, Richard Concepción Carhuancho.
Según la resolución de Concepción Carhunacho, en el caso de Keiko existe un fuerte peligro de fuga y de obstaculización a la Justicia. La "China", como es conocida popularmente, podría pagar una condena de 10 a 16 años de comprobarse los delitos.
Ya a comienzos de este mes, Fujimori, casada con el ingeniero estadunidense Mark Vito Villanella y madre de dos hijas pequeñas, estuvo una semana detenida preliminarmente, aunque una sala de segunda instancia revocó la medida exactamente una semana después.
Encuestas recientes señalan que la popularidad de Fujimori entró en declive y que no más de un 14 por ciento de sus compatriotas aprueba su gestión, mientras más de un 70 por ciento la consideraba culpable de los cargos que le imputa la Fiscalía.
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