El deficiente sistema penitenciario que siempre ha tenido Honduras registró un caso insólito y altamente peligroso, el de un reo que, al parecer por razones de salud fue llevado a un centro médico, pero regresó con una granada de fragmentación introducida en su cuerpo.
La escueta y confusa versión difundida algunos medios locales de prensa, por falta de una clara información oficial, destacaba más el hecho de que al reo, Edgar Misael Martínez, le habían hallado una granada introducida por el ano.
Una fuente oficial dijo que Martínez tuvo que salir por razones de salud de la cárcel de máxima seguridad, conocida como El Pozo, situada en Ilama, departamento occidental de Santa Bárbara, a un centro médico, no identificado, que se presume es de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras.
Martínez, añadió la misma fuente, salió de la prisión sin ningún objeto extraño en su cuerpo, pero regresó con la granada, lo que fue descubierto al pasar por los aparatos de un riguroso control de seguridad, como parte de la revisión que se le hace a todos los reos al salir y entrar a El Pozo.
"Lo bueno" del hecho es que la granada no explotó y que personal médico del centro penal se encargó de extraerla del cuerpo de Martínez, "sin necesidad de cirugía", aunque siempre con "mucho riesgo", y que "se ha iniciado una investigación" de al menos un par de personas que será llevada hasta el Ministerio Público, acotó.
Por su parte, el viceministro de Seguridad, Luis Suazo, dijo que "los controles de seguridad que se dan en los centros penales son procesos normales debido a las capacidades que ahora tiene el Instituto Nacional Penitenciario (INP)", subraya un comunicado oficial.
"Nosotros lo que hemos establecido es una serie de controles que dieron paso a que se detectara a esta persona con esa granada", indicó Suazo, añade el comunicado del INP.
La granada que llevaba Martínez, quien es miembro de la "Mara-18" (pandilla), fue descubierta a través de una "radiografía de baja radiación" hecha en la prisión, según la información oficial.
El caso de la granada introducida a El Pozo, ha tomado un nuevo matiz, luego de una denuncia del abogado Carlos Chajtur, quien dijo que al parecer sería utilizada para "acabar" con el reo Magdaleno Meza, de quien él es su defensor.
Chajtur indicó que ha pedido a las autoridades penitenciarias que su defendido sea enviado a otra instalación, como una unidad militar, porque su vida corre peligro en cualquier cárcel.
"Según la versión que ha trascendido, este artefacto era parte de un plan para acabar con Magdaleno Meza", enfatizó el profesional.
El viceministro de Seguridad le respondió a Chajtur que "si tiene pruebas o alguna cosa adicional que pueda ayudar a la investigación, yo le diría al abogado que las presente a la Fiscalía, que es el lugar apropiado para hacerlo".
Según Chajtur, Meza ha recibido amenazas de muerte luego de que la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado lo vinculó con el exdiputado Juan Antonio Hernández, quien desde noviembre de 2018 enfrenta juicio por narcotráfico en Estados Unidos. El ex diputado es hermano del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández.
El abogado de Meza señaló que hay temor por lo que su defendido pudiera decir en los tribunales, o el exdiputado Hernández en Estados Unidos.
La fuente que habló con Efe dijo que a partir de la investigación que se ha iniciado, serán las autoridades las que determinarán el nuevo delito por el que estaría siendo acusado el reo Edgar Misael Martínez, ya que la granada que le fue hallada en su cuerpo es considerada "material de guerra".
El ingreso de armas de fuego y de otro tipo a las cárceles de Honduras, que en su mayoría no son de máxima seguridad, se ha dado con alguna frecuencia y a algunos ya no les sorprende, pero sí el de la granada descubierta a un recluso en El Pozo, con fines que solo los involucrados en el caso saben.
jamj