Tres días después de asumir el cargo, el primer ministro de Perú, Héctor Valer Pinto, entregó su renuncia este sábado al presidente Pedro Castillo luego de que el mandatario anunciara en víspera la recomposición de su gabinete.
Valer, un legislador conservador, dejó el cargo en medio de una ola de criticas por denuncias de haber golpeado a su hija y a su difunta esposa, según reportes policiales difundidas por varios medios locales, algo que el funcionario ha negado.
"Acepto la derrota ametrallado por los periódicos del Perú que pertenecen a un grupo que está vinculado a la extrema y la derecha del Perú que construyeron una imagen de maltratador y de violento", dijo Valer en una improvisada conferencia de prensa en una de las puertas laterales de Palacio de Gobierno.
"En el campo de la batalla de la política hay que saber reconocer victorias y derrotas. Yo reconozco mi derrota", agregó.
Con su renuncia, Valer se ha convertido en uno de los más breves primer ministro de las últimas cuatro décadas en el país.
Además, para mantenerse al frente del gabinete ministerial, Valer debía obtener un voto de confianza del Congreso, controlado con la oposición derechista. Era prácticamente imposible que lo consiguiera tras las expresiones de rechazo en su contra, incluso de tres ministros del gobierno izquierdista.
El presidente Castillo, en un mensaje a la nación el viernes, anunció la recomposición de su tercer gabinete a poco mas de medio año de asumir su mandato, pero no mencionó cuando se conocería los nombres de sus nuevos ministros, conformado por 19 funcionarios incluyendo al primer ministro.
Partidos de oposición, grupos de derechos humanos, feministas, indígenas y hasta el propio partido oficialista habían pedido la salida de Valer y de algunos miembros de su gabinete, como el ministro de Ambiente, Wilber Supo, un profesor de geografía sin experiencia en temas medioambientales mientras el gobierno encara un derrame de petróleo de la empresa Repsol.
DMZ