Un grupo de expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), exhortó al gobierno de Nicaragua a “detener la represión y la caza de brujas” contra voces disidentes y participantes en protestas opositoras, informó la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En un comunicado, el organismo advierte que a casi cuatro meses del inicio de las protestas contra el presidente Daniel Ortega, “ha aumentado la represión selectiva, la criminalización y las presuntas detenciones arbitrarias, lo que está creando una atmósfera de temor e incertidumbre” en el país.
“Estamos consternados porque muchos defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y otras voces disconformes están siendo criminalizados y acusados de cargos infundados y desproporcionados, tales como terrorismo”, señala el informe.
También destaca que el gobierno ha despedido a médicos que atendieron a manifestantes heridos, mientras otras voces críticas como líderes campesinos, estudiantes y representantes de la Iglesia católica “siguen siendo objeto de intimidación, amenazas y privaciones de libertad, incluyendo detenciones colectivas y malos tratos”.
Los expertos manifestaron preocupación por una nueva ley para combatir el terrorismo, de reciente aprobación en Managua, ya que temen le permita al gobierno “un mayor margen para realizar arrestos y procedimientos penales contra manifestantes y hacer un uso indebido de la misma”.
El Alto Comisionado pidió además a las autoridades mantener “un registro claro y actualizado” de las personas detenidas y que se les garantice “el derecho a un juicio justo, con todas las garantías del debido proceso”.
“La impunidad, la violencia y la represión nunca han sido caldo de cultivo para la paz y la estabilidad, y podrían sumergir al país en un malestar social y político más profundo”, advierte el informe.
Los expertos también exhortaron al gobierno a que “desmovilice inmediatamente a los grupos paramilitares e investigue las ejecuciones extrajudiciales, los homicidios y las denuncias de desapariciones forzadas con la debida diligencia, sin demora y mediante el uso de procedimientos efectivos, imparciales e independientes”.
La crisis en Nicaragua estalló el 18 de abril con un mitin de estudiantes por una reforma al seguro social, que desencadenó en nuevas y masivas protestas a raíz de la violenta acción de la policía y comandos paramilitares contra manifestantes civiles y desarmados.
Fuentes humanitarias suman entre 330 y 450 los muertos, más de dos mil heridos y cientos de detenidos y desaparecidos desde el 18 de abril. El gobierno registra oficialmente “197 fallecidos”.
ONU exhorta a Ortega a cesar ‘caza de brujas’ en Nicaragua
Pide desmantelar grupos paramilitares e investigar ejecuciones.
Ginebra, Managua /
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