El opositor Yunior García, quien anunció que realizaría en la tarde de hoy una marcha contra el gobierno como antesala de las manifestaciones previstas para mañana en ocho provincias de Cuba, desistió de esa acción y culpó al fuerte dispositivo policial que rodeó su residencia.
En tanto, dos individuos de aproximadamente 50 años de edad, que irrumpieron a gritos de “¡Libertad!” en el parque desde el cual García dijo que emprendería su caminata, fueron detenidos y retirados del lugar, donde se realizaba una fiesta para niños organizada por universitarios de las facultades de Medicina, Bilogía y Sicología.
Al avanzar el domingo, continuaban en parques y plazas emblemáticas de La Habana otras reuniones de similar carácter festivo, a una de las cuales se sumó el presidente Miguel Díaz-Canel, quien vestido de sport y sentado en el piso coreó varias canciones del popular trovador Tony Ávila, quien amenizaba el festejo.
Antes de retirase de la festividad improvisada en el portal del Gran Teatro de La Habana, a muy pocos metros de la sede de la Asamblea Nacional (uno de los blancos de las anunciadas manifestaciones), el gobernante instó al auditorio juvenil “a defender la paz” y a no ceder antes las agresiones de sus enemigos.
De esa forma transcurrió la antesala de las muy propagandizadas manifestaciones antigubernamentales que en octubre se convocaron en casi todo el país para mañana, que el viernes pasado sus organizadores dejaron a la iniciativa de cada quien y que ahora nadie sabe qué ocurrirá, aunque en la tarde de hoy dos eurodiputados anunciaron que viajarían a la isla para observar su desarrollo.
El dramaturgo aislado en su apartamento
En la mañana de este domingo, el dramaturgo Yunior García, de 39 años, y líder principal de las protestas previstas para hoy y mañana, informó en su cuenta en Facebook que “mi casa amaneció sitiada, está rodeado todo el edificio de agentes de la seguridad del Estado vestidos de civil haciéndose pasar por pueblo”.
Tal despliegue fue confirmado por la prensa extranjera desplegada también en el lugar ante el asombro de los vecinos y a la espera de García, quien en momento alguno hizo intento de abandonar su apartamento, situado en una barriada del oeste de La Habana.
El viernes, el dramaturgo se desmarcó de la manifestación nacional convocada por él y la plataforma Archipiélago para mañana, pero dijo que hoy caminaría en solitario por una populosa avenida de La Habana “en nombre de todos los ciudadanos a los que el régimen ha privado de su derecho a manifestarse el 15 de noviembre”.
Acto seguido aclaró que “no seré yo quien impida al resto de los manifestantes dentro de Cuba el ejercicio de sus derechos, ni el 15, ni el 16, ni el resto de los días”.
En estos últimos días, García denunció en varias conferencias de prensa que había sido amenazado por la policía y que incluso le habían informado la cárcel a la que iría a parar en caso de manifestarse.
Los eurodiputados
Mientras la caminata del dramaturgo se diluía el domingo entre declaraciones vía redes sociales y presencias fugaces desde una ventana de su apartamento, los eurodiputados Hermann Terstch y Carlo Fidanza anunciaron que viajarán mañana a Cuna en compañía de Rosa María Payá, hija del extinto líder opositor Oswaldo Payá.
“La nación cubana, que vive fuera y dentro de la isla, estará en las calles este 15 de noviembre porque queremos recuperar nuestro país y avanzar hacia el futuro en libertad. Nosotros hemos solicitado los permisos para volar mañana”, anunció Rosa María, quien reside en Estados Unidos y es considerada en Cuba como como una de las caras jóvenes del exilio ultraconservador.
En el grupo viajaría también el controvertido influencer Alexander Otaola, en una “operación irrealizable, que parece más una acción de relaciones públicas que de política concreta”, según opinión generalizada entre corresponsales de la prensa extranjera, que pasaron buena parte de este domingo de un lado a otro a la espera de acciones antigubernamentales.
El gobierno cubano ha denunciado que la protesta en preparación son parte de “un golpe suave” orquestado por los servicios especiales de Estados Unidos mediante su embajada en La Habana y sus “operadores de cambio” en el país, entre los que identifica a García y a Archipiélago.
dmr