Dairo Antonio Úsuga, "Otoniel", cuya captura fue anunciada este sábado en Colombia, fue un campesino que pasó de guerrillero de izquierda a paramilitar de extrema derecha, antes de consolidarse como el capo del narcotráfico más buscado por ese país y Estados Unidos.
El presidente, Iván Duque, comparó su detención con la caída de Pablo Escobar, el gran barón de la cocaína abatido por la policía colombiana en 1993. "Es el golpe mas duro que se la ha propiciado al narcotráfico en este siglo en nuestro país", sentenció el mandatario en una declaración pública.
Imágenes divulgadas por el gobierno muestran al robusto hombre de 50 años esposado y rodeado por militares con armas largas. "Llevábamos siete años detrás de él", detalló el general Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares.
Otoniel lidera el Clan de Golfo, la principal banda criminal de Colombia. No sólo era requerido por las autoridades locales: por información que diera con su paradero o permitiera su captura, Estados Unidos ofrecía hasta cinco millones de dólares.
La justicia estadunidense lo señala de liderar una organización "fuertemente armada, extremadamente violenta", y que "usa la violencia y la intimidación" para controlar las rutas del tráfico de droga y laboratorios de procesamiento de cocaína.
¿Cómo fue detenido 'Otoniel'?
Para capturarlo, la policía colombiana adelantó "un trabajo satelital importante contra él con agencias de Estados unidos y del Reino Unido", explicó el director de la institución, general Jorge Vargas. Unos 500 uniformados, respaldados por 22 helicópteros participaron en la operación.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, contó detalles de la fase final de la operación de captura que fue diseñada el pasado 15 de octubre y se lanzó en la madrugada del viernes cuando se rompió el último anillo de seguridad de Úsuga.
Intervinieron "más de 500 hombres de las Fuerzas Especiales el Ejército, la Infantería de Marina bloqueando corredores fluviales, la Fuerza Aérea dando cobertura con sus plataformas de inteligencia y moviendo tropas desde diferentes zonas del país", dijo el general Navarro, quien agregó que fueron utilizados además "22 helicópteros de transporte y apoyo aéreo cercano".
Por su parte, el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, aseguró que sus hombres tenían claro "que Otoniel no acudía a viviendas, ni se comunicaba por celular" y que "50 expertos de inteligencia satelital" siguieron cada movimiento suyo en las últimas semanas.
Según el genera Vargas, "Otoniel" tenía ocho anillos de seguridad que fueron identificados mediante un "trabajo satelital con agencias de Estados Unidos y del Reino Unido", tan detallado que "sabíamos que estaba comiendo" y que "su plato favorito era un animal de las selvas de Urabá".
El campesino que se convirtió en el más buscado de Colombia... y hasta por la DEA
Nacido el 15 de septiembre de 1971 en el municipio de Necoclí, una estratégica zona del noroeste de Colombia muy cercana a la frontera con Panamá, pero también al Pacífico y al Caribe, pasó a encabezar el Clan del Golfo tras la muerte de su hermano Juan de Dios, "Giovanni", en enfrentamientos con la policía en 2012.
Junto a él montó un aparato criminal con presencia en casi 300 de los mil 102 municipios del país, principalmente en el Pacífico, un lugar estratégico para la salida de cargamentos de droga, según el centro de estudios independiente Indepaz.
"Tiene un portafolio amplio de actividades criminales, entre las que se incluye la minería ilegal y el paso de inmigrantes a Panamá", explicó el experto en seguridad Ariel Ávila a la agencia AFP.
Según el centro de investigación del crimen organizado InSight Crime, el Clan de Golfo también se dedica a la contratación de bandas callejeras locales para que a su nombre realice actividades de microtráfico, extorsión y sicariato.
Otoniel, séptimo de los nueve hijos de Ana Celsa David y Juan de Dios Úsuga, una pareja que dice ganarse la vida con la venta de marranos, gallinas y ganado en el departamento de Antioquia (donde se ubica Medellín), utilizaba tácticas guerrilleras para burlar a la fuerza pública.
El jefe criminal viajaba solo a pie o en mula y nunca dormía dos noches seguidas en el mismo lugar, según señalaron las autoridades colombianas. En lo últimos días de la persecución, se internó en la selva virgen de la región de Urabá, de donde es oriundo, y se deshizo de sus teléfonos para reemplazarlos por correos humanos.
"Se estaba moviendo con ocho anillos de seguridad", aseguró Vargas.
A los 18 años se unió al Ejército de Liberación Popular (EPL), una guerrilla marxista desmovilizada en 1991. "No era revolucionario, era lo que había y se fue con ellos", aseguró su madre en una entrevista al periódico El Tiempo en 2015.
Úsuga no hizo parte del proceso de paz que puso fin a 26 años de lucha armada de este grupo rebelde y entre 1993 y 1994 se unió a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), una organización paramilitar de extrema derecha creada para combatir a las guerrillas y con nexos con el narcotráfico.
"Era un campesino no muy ideologizado", sostuvo Ávila.
La ACCU hizo parte de las Autodefensas Unidas de Colombia, que se desmovilizaron en 2006 a iniciativa del gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010). Pero, según el analista, "Otoniel" se sintió "defraudado" por el proceso de sometimiento a la justicia y decidió mantenerse en la ilegalidad.
La desmovilización de las AUC en 2006 no fue de su agrado, así que cuando capturaron a Don Mario en 2009, él y su hermano, Juan de Dios Úsuga, alias "Giovanni", formaron "Los Urabeños", otro de los nombres con los que se conoció a las AGC o al Clan del Golfo.
Con su influencia, su experiencia en lavado de dinero y financiación y las redes del narcotráfico que quedaron huérfanas de las AUC, consiguieron expandir su imperio desde el noroeste del país a muchas otras regiones donde aún hoy siguen disputándose corredores del narcotráfico o cosechas de cultivos con otros grupos armados como las disidencias de las FARC o el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Al Clan del Golfo se le atribuyen numerosos crímenes de líderes sociales y jóvenes y es el culpable en gran medida de los masivos desplazamientos y confinamientos impuestos a comunidades —sobre todo de indígenas y afrodescendientes— en el Chocó y otras zonas del Pacífico.
En esas zonas, este grupo ha impuesto su ley, amedrentado a esta población, desfavorecida y dejada de lado por el Estado, con el cobro de extorsiones y se ha lucrado también de la minería ilegal y otros negocios ilícitos, usando una ubicación geoestratégica de lujo, con salida a dos océanos y la puerta de entrada a Centroamérica.
Para acabar con su imperio, el Ejército y la Policía lanzaron en 2015 la Operación Agamenón, con miles de efectivos, que durante más de 6 años peinó el Urabá y acosó a sus más cercanos aliados, acciones durante las cuales consiguió incautar más de 400 toneladas de cocaína.
En los últimos meses, el jefe del Clan del Golfo estaba ubicado en una zona rural del departamento de Antioquia rodeado de miembros de seguridad y médicos que le controlaban sus problemas de tensión y diabetes, según la Policía.
En los últimos meses el gobierno había anunciado las bajas de algunos de sus aliados más próximos: su primo Harlinson Úsuga Úsuga, alias "Orejas", fue extraditado a Estados Unidos en marzo, mientras que ese mismo mes también se detuvo a su hermana, Nini Jhoana Úsuga, alias "La Negra", jefa de finanzas de la banda.
Un mes antes era "neutralizado" Nelson Darío Hurtado Simanca, alias "Marihuano", quien se consideraba el número 2 de la banda y era la mano derecha de Úsuga. La Administración de Control de Drogas (DEA) ofrecía hasta 5 millones de dólares de recompensa para cualquier información sobre su captura.
dmr