Keiko Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori, y el líder magisterial izquierdista Pedro Castillo se enfrentarán en las urnas el próximo de 6 de junio con un amplio rechazo social divisorio entre el miedo al fujimorismo y al comunismo.
Perú irá nuevamente a las urnas a elegir a su nuevo presidente durante los próximos cinco años, esto tras tener cuatro mandatarios entre 2016 y 2021, con destituciones y polémicas vinculadas por corrupción y abuso de poder, además de un desgaste político institucional que se evidenció en primera vuelta, cuando se presentaron 18 candidatos para liderar el país sudamericano.
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Ahora, con los dos aspirantes presidenciales en segunda vuelta, de acuerdo con la última encuesta de Datum, Castillo reúne el 44 por ciento de intención de voto frente a la hija de Fujimori, quien ha subido en las últimas semanas hasta 34 por ciento, esto por el respaldo generalizado de la derecha contra el docente izquierdista, entre ellos el escritor Mario Vargas Llosa, mientras que los votos indecisos y blancos ya tuvieron su primera reducción.
Los tres mandatarios que han liderado el país en el último año han llegado de manera institucional, los dos primeros salieron con escándalos: Martín Vizcarra fue destituido por el Congreso y Manuel Merino dejó el cargo tras las protestas en contra de su gobierno.
Francisco Sagasti ha continuado en el poder, dando algo de estabilidad al gobierno, pese a que dos de sus ministras salieron tras aplicarse de forma adelantada y en silencio una vacuna china contra el covid-19.
Una elección con voto fragmentado y desgaste institucional
Tras una primera vuelta en que sólo el líder magisterial llegó a alcanzar el 20 por ciento de intención de voto, mientras que Keiko quedó en segundo lugar con el 13 por ciento, se manifestó una gran fragmentación del voto, donde las encuestas mostraban que seis candidatos podrían llegar al primer puesto con tan sólo el 10 por ciento de respaldo, sumado a un alto nivel de ausentismo.
“Una persona con un 20 por ciento en una elección normal hubiera representado estar quizás en cuarto o tercer puesto [...] y con 13 por ciento estarías en el último de la fila. Ha habido mucho voto blanco y nulo, principalmente desde Lima, de provincias un poco más acomodadas, y también ha habido bastante ausentismo donde hay distritos en el que solamente el 10 por ciento ha salido a votar. Entonces, realmente la mayoría de la gente no está de acuerdo ni con Pedro Castillo ni con Keiko Fujimori y es una encrucijada fuerte”, menciona Carla Tello, periodista y conductora de Canal N de Perú.
La comunicadora aseguró a MILENIO que ambos candidatos llegan en un momento de crisis institucional -derivada por la destitución del ex presidente Martín Vizcarra-, económica y sanitaria, debido a la pandemia de covid-19, que no sólo generó el colapso hospitalario del país, sino además agravó la división social en todos los aspectos.
"Los candidatos llegan en una situación de crisis, en una pandemia que no ha sido bien controlada, en el que hemos tenido cuatro presidentes, en el que ha sido un país bastante golpeado y en el que la gente ha tenido una lectura de que todo lo que tenga que ver con instituciones es malo, que todo lo que tenga que ver con institucionalidad le da la espalda al pueblo, y es algo que parece ser cíclico en nuestro país, viene un presidente que nos defrauda y estamos buscando opciones radicales. Hay una crisis política fuerte en nuestro país desde que (el ex presidente) Pedro Pablo Kuczynski dejó el poder y eso sin duda nos ha pasado factura en estas elecciones", añade Tello.
Martín Tanaka, politólogo y profesor principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), aseguró a MILENIO que existe una debacle política en el país que propicia el crecimiento en el respaldo a candidatos radicales, tanto de izquierda como de derecha, y en donde no existen partidos ideológicamente definidos, sino que van a conveniencia.
“La política de Perú se acerca más a la de países como Guatemala u Honduras. Es decir, es una política donde los partidos no existen en realidad, sino que, cada vez que se acerca una elección, diferentes grupos se organizan para presentar candidatos y estos candidatos pueden estar en un partido como en otro. Son sociedades muy oportunistas, muy ad hoc para cada elección. Ningún partido despierta entusiasmo, ninguno tiene representatividad y es como una especie de lotería en donde todos están tratando de tener un golpe de suerte que los meta a la pelea”, afirma Tanaka.
El autor del libro 2021: Las elecciones y el Bicentenario ¿Oportunidades desperdiciadas o aprovechadas? (PUCP, 2021), asegura que en la democracia peruana "siempre se puede estar peor", esto tras la crisis política, económica y sanitaria en las últimas décadas.
“Hace como 20 años publiqué un libro que titulé ‘Democracia sin partidos’ y decía que Perú era el país con el mayor problema de representación de América Latina, junto con Guatemala, probablemente, pero fíjese que siempre se puede estar peor y hoy día ésta es una situación en que la representación está absolutamente pulverizada, de manera que han quedado en la segunda vuelta el movimiento político que más rechazo genera, porque es capaz de movilizar un núcleo duro, pero relativamente pequeño de la sociedad, y otro grupo que llegó un poco accidentalmente siguiendo una marea de última hora del electorado. Entonces, ciertamente nos muestra una precariedad política enorme”, añade el politólogo.
Votar por "quien menos detestas"
Tello afirma que "lamentablemente en un país como Perú tiene que haber alguien que se quiera comer el pleito" donde vaya con todo "porque nuestro país es tan distinto, desigual, con diferentes idiosincrasias, que tiene que haber alguien que tenga muñeca para manejar". Alerta sobre las manifestaciones contra ambos candidatos, pues teme que existan acusaciones mutuas de fraude electoral.
“Ya hay marchas en estos momentos, que no están siendo cubiertas por la prensa, para ser honestos, porque realmente para nosotros se nos hace muy difícil pensar que exista (la acusación de) fraude. En estos momentos hay algunas marchas que se están convocando en redes sociales, podría ser que lleguen a la magnitud de noviembre (cuando destituyeron a Vizcarra)”.
Tanaka añade que ambos candidatos buscan ser la "representación del pueblo", pero coincide con Tello de que ahora el país corre el peligro de tener un Perú más polarizado, donde todos los partidos están obligados a hacer alianzas para poder gobernar
“Entonces ahora tenemos políticos que abiertamente manejan un discurso según el cual ‘nosotros no tenemos porqué escuchar lo que los expertos, los economistas, los politólogos, los juristas dicen respecto a lo que podemos hacer y lo que no podemos hacer, nosotros representamos al pueblo y hacemos lo que queremos’. Ese tipo discurso político no se escuchaba en el Perú en los últimos 15 años, pero en los últimos tiempos es un discurso que ahora sí se escucha muy legitimado”.
El politólogo dice que es posible un aumento en los niveles de ausentismo debido al rechazo generalizado de ambos candidatos, pero no descarta que los electores puedan decidir a la última hora.
“Quizás, lo que tengamos serán niveles de ausentismo, de voto blanco un poco mayores en segunda vuelta, seguramente va a pasar eso. Respecto al ausentismo, hay que considerar que, con la crisis sanitaria en medio del covid-19, estamos en un momento muy malo, entonces eso tampoco incentiva a la participación. Ahora siento que todavía falta para la segunda vuelta. Habiendo dicho lo que acabo de decir, también añadiría que en Perú, precisamente por la precariedad en la que estamos, puede haber movimientos de los electores de última hora y la situación puede cambiar también, entonces siempre es provisional el análisis”.
El "renacimiento" de Keiko Fujimori
Para Tanaka, Keiko Fujimori "renació" luego de pasar a segunda vuelta presidencial, esto pese al desgaste de su movimiento político, Fuerza Popular, por el amplio rechazo que generaba, así como las acusaciones de corrupción en su contra que la llevaron a estar presa al igual que su padre.
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“Creo que de un lado ella tendría que estar muy contenta con el resultado que ha tenido porque apenas unos meses antes ella estaba presa, en prisión preventiva, y mucha gente especulaba que Fuerza Popular estaba bajo peligro de desaparecer políticamente y lejos de eso ha tenido suerte y habilidad tras lograr meterse a segunda vuelta cuando muy poca gente hubiera esperado ese factor. Pero llega desde una posición de debilidad, ella es la candidata que más rechazo tiene”.
Carla Tello coincide con el "renacimiento" de Fujimori, asegurando que se ha alejado de la sombra de su padre, pero expresa que es complicado que la líder de Fuerza Popular pueda ganar las elecciones ante Pedro Castillo, pese a su discurso contra el comunismo.
"Ella ha cambiado su speech (su discurso), ahora es buena, ahora ya quiere al padre (fuera de la prisión), ahora está buscando también amistarse con su hermano (Kenji Fujimori). Es muy fuerte lo que representa Keiko porque ya desplazó la figura del padre, ya ahora viene a ser como el propio símbolo de lo que es un Fujimori y ya no vive en la sombra de su padre. Hay una corriente bien fuerte de que, al menos en Lima, no se quiera votar por Keiko Fujimori, a pesar de que Castillo representa Bolivia, Venezuela, Corea del Norte. No va a estar fácil para Keiko Fujimori ganar esta segunda vuelta”.
Aunque había manejo a nivel de medios sobre un posicionamiento de Castillo en las elecciones, el nivel de votación que se realizó a su favor no dejó de ser sorpresivo para algunos analistas peruanos. Keiko Fujimori llega a su tercer balotaje tras perder en anteriores ocasiones contra los ex presidente Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski.
“Es un tema bien extraño el de Fujimori en nuestro país. Creo que solamente un peruano lo podría entender. En teoría, Alberto Fujimori nos sacó de la crisis económica, nos sacó del terrorismo y luego hay un odio que se va gestando hacia él cuando salen los primeros signos de corrupción, cuando salen estos escándalos de los Vladivideos", añade Tello.
¿Qué son los 'Vladivideos'?
En el año 2000, el entonces asesor presidencial de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, fue grabado en las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) de Perú sobornando a dirigentes políticos, de empresas privadas importantes, de comunicación y de gobiernos locales para que se pusieran a disposición del gobierno.
“Sin embargo, ese odio no se ve en provincia porque hay mucha gente en esos lugares que le agradece a Fujimori, porque consideran que derrotó el terrorismo, porque ellos lo pasaron mucho peor que la capital. Está dividido el Perú en 50 y 50, en la población que no puede ver a Keiko y el otro 50 por ciento que no puede ver a su papá”, reitera.
Tanaka recuerda el hecho de que Keiko ha hablado explícitamente de mano dura y “ha intentado reconstruir el fujimorismo”. Además, menciona que en su campaña ha buscado establecer que ella va a salvar al país del comunismo y de la Venezuela de Chávez.
“Y el problema con ese discurso es que efectivamente moviliza a los sectores más conservadores del país y no le genera votos en el mundo popular, que es más grande”, añade.
La "sorpresa" que ha generado Pedro Castillo
El politólogo asegura que Castillo llega como un candidato que no tenía las expectativas de posicionarse en los primeros lugares en las elecciones presidenciales y que empezó a subir en las encuestas a la última hora de los comicios.
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“Es un líder sindical, magisterial, que hizo una alianza con un partido que se llama Perú Libre. Tenemos a su ex líder (Vladimir Cerrón) condenado por malversación de fondos y por corrupción y en la medida que está cumpliendo una condena que no implica cárcel, pero igual es una condena, no pudo presentarse a las elecciones, provocando que Castillo quedara siendo el candidato de este partido. Él era unos de los candidatos hasta un mes antes de la elección con un 3 o 4 por ciento de intención de voto. Creo que ellos no tenían mayores expectativas en esta elección e inesperadamente en las dos, tres semanas antes de la elección empezó a subir en las intenciones de votos”, asegura Tanaka.
Ambos candidatos presentan posturas completamente contrarias. Mientras que Castillo apela al Perú rural que suele ser izquierdista en lo económico y conservador en lo social, Keiko muestra una deriva de "mano dura" y en contra de cualquier propuesta que represente a los mandatarios del "Socialismo del Siglo XXI" como Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia, siendo este último quien respaldó abiertamente al líder en las encuestas.
"Pedro Castillo ha trabajado de una manera ilegal que en Perú estaban prohibido: los mítines por el tema de la pandemia. Pero él ha hecho un trabajo de un político tradicional de una elección tradicional sin pandemia. Si tú lo ves, él va a los pueblos, se reúne con la gente sin mascarilla, hay grandes aglomeraciones. Él está acostumbrado porque él es de una línea radical de los profesores, que está vinculada a terrorismo, que está vinculada a movimientos como Movadef, que a su vez se vinculan a Sendero Luminoso. Ha llegado a pueblos donde normalmente no se llega. Entonces, la gente que normalmente se siente olvidada, se siente representada en Pedro Castillo", añade Carla Tello.
Tanaka destaca que Castillo pertenece a las corrientes más extremistas e idealistas del magisterio “y dentro de esas bases ideologizadas hay ciertas simpatías con el gobierno de Maduro, con el gobierno de Chávez, donde en el ideario de su movimiento político, Perú Libre, se encuentran constantes alusiones a los logros de la educación en Cuba y a los gobiernos de Correa y Evo Morales", estando afiliado incluso al Foro de Sao Paulo.
“En materia de las simpatías ideológicas, es claro que ellos se mueven por ahí. No me iría a hablar de Corea del Norte, pero la simpatía con experiencias recientes como Venezuela, Bolivia, Ecuador, están ahí explícitas”.
Añade que la falta de experiencia de Castillo le puede costar factura a la hora de gobernar, que incluso pueden representar una falta de respaldo dentro de su propio grupo político que podría conllevar a protestas sociales en su contra.
"Castillo puede también verse en un escenario complicado [...] eso lo puede llevar a tener graves problemas de manejo que lo pueden dejar en un escenario así, enfrentando una gran decepción y protestas, y también lo será si Castillo trata de emular los ejemplos de Hugo Chávez o de Rafael Correa, de imponer a la fuerza una Asamblea Constituyente, destituir a los integrantes de Tribunal Constitucional y pretender cerrar el Congreso, como lo ha dicho. Eso también podría generar un escenario de movilizaciones, de protestas”.
dmr