Periodistas, víctimas en Bolivia

Crónica

El gremio reporta 76 agresiones contra reporteros, de los cuales 19 son mujeres.

Bolivia vive una crisis política tras las elecciones del 20 de octubre. (AFP)
y Gabriel Romano
La Paz /

La profunda crisis que sufre Bolivia hace un mes no deja de golpear una y otra vez a los periodistas, en medio de acusaciones de venderse a algún bando mientras reciben presiones, insultos y golpes en la calle.

Dos grandes olas de conflicto se han producido en este tiempo; la primera después de las elecciones del 20 de octubre, movilizando sobre todo a grupos de cívicos contra Evo Morales, y la segunda, luego de que anunciara su renuncia el 10 de noviembre, a partir de entonces contra la presidenta interina Jeanine Áñez.

Lo cierto es que ninguno de los actores que se ha adherido a esta espiral de violencia, que cada vez se torna más cruel, puede aseverar que tiene las manos limpias y no ha cometido excesos contra los medios. La Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia reporta 76 agresiones a periodistas en este tiempo, 19 de ellas contra mujeres.

Esta estadística no toma en cuenta lo ocurrido el pasado martes, cuando un grupo de manifestantes interceptó a un equipo de la estatal Bolivia Tv, agredió a un periodista, a un camarógrafo, y lanzó su cámara a neumáticos ardiendo en una barricada.

Las agresiones han ido en escalada, desde interrupciones en estudios en vivo con insultos amenazantes hasta palizas y la quema de la casa de una de las presentadoras de noticias de mayor experiencia del país.

Los ataques a los medios han llegado a extremos como el incendio a una planta de transmisión del canal de televisión privado Unitel, supuestamente por un grupo de manifestantes del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales.

Uno de los primeros casos fue a la agresión a la periodista de la red de televisión privada ATB Brishka Espada, a la que atacó un grupo de cívicos contrarios a Morales al extremo de tacharla de “vendida” y golpearla en el rostro que le provocó un desmayo.

Otra de las situaciones más difíciles la padeció la conductora Casimira Lema, que trabaja para Televisión Universitaria (TVU) y radio Compañera, críticos del ex presidente. La noche de la renuncia de Morales, un grupo de unas 35 personas violentó la casa de la comunicadora en La Paz, para destruir su interior e incendiarla.

El periodista Emilio Huáscar resultó con dos fisuras en costillas y fractura de rótula después de ser atacado con palos y piedras en la ciudad de Oruro.

La agresión se produjo cuando iba a un encuentro de una caravana de cívicos potosinos contrarios a Morales que fue atacado por personas que portaban “hondas, piedras, petardos, dinamita”.

“Somos atacados por ambos bandos”, relató, y su principal conclusión es que esas agresiones se deben porque muchos de los que participan en las protestas no quieren que la prensa muestre “la verdad” de lo que pasa.

También se han reportado agresiones de grupos contrarios a Morales contra el edificio del canal de Televisión Abya Yala en La Paz. O los insultos y hostigamientos que esos mismos grupos hicieron a reporteras de las televisoras Uno y Cadena A.

A este panorama se suman arrestos injustificados, golpes por parte de manifestantes, actos de discriminación por la región de origen de los periodistas y heridas por pedradas y detonación de explosivos.

El clima hostil ha afectado a algunos corresponsales de la prensa internacional como Teresa Bo, de la cadena Al Jazeera, a la que un policía echó gas lacrimógeno mientras hacía un reporte en vivo.

Algunos periodistas argentinos fueron increpados por detractores de Morales, por supuestamente hacer posar a gente que se manifestaba a su favor, para exagerar algunas situaciones.

  • Agencia EFE
  • Agencia de noticias con 84 años de trayectoria

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