Los 10 mil alumnos alumnos de la provincia de San Juan, al este de Argentina y limítrofe con Chile, volvieron a clases este lunes a casi cinco meses desde que se decretó el confinamiento en el país. Estas fueron algunas de las postales del primer día de clases en la escuela “12 de agosto” del municipio rural de Pocito, a unos mil 100 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Los maestros, con cubrebocas y caretas, tuvieron que elevar el tono de voz más de lo habitual para que sus alumnos, también cubiertos del rostro, escucharan,; a la hora del recreo no hubo futbol ni dulces compartidos en el patio, ahora señalizado para guardar distancia, y con las aulas reacondicionadas.
En este primer regreso a clases se retomó la actividad en los últimos años de la escuela primaria y de la secundaria, respectivamente, en grupos de un máximo de 15 estudiantes.
“Estamos felices de poder volver a las aulas de una manera distinta, respetando el protocolo para cuidar de mis estudiantes y cuidarnos entre todos”, dijo la maestra Melisa García en videoconferencia con periodistas de medios internacionales. “Se dificulta (el uso del cubrebcoas), pero mi tono de voz es elevado, los chicos me escuchan. Tampoco es imposible, si uno tiene ganas y predisposición, se puede”.
En medio de un debate mundial sobre el dictado de clases en las escuelas por el riesgo al contagio, el Ministerio de Educación autorizó el regreso a las aulas de los alumnos de los últimos años del nivel primario y secundario en San Juan, la provincia argentina con menos casos de covid-19: 22 sobre un total de unos 247 mil en todo el país.
Después de cinco meses de recibir tarea por WhatsApp, lo cual implicó todo un desafío para docentes y familias dada la escasa conectividad en algunos parajes rurales de la provincia, los estudiantes sanjuaninos fueron divididos en dos grupos por cada grado y se alternarán una semana cada uno para asistir a la escuela.
"El regreso seguro a la escuela para nosotros es fundamental", dijo el ministro de Educación, Nicolás Trotta, en una conferencia virtual. "Somos conscientes del impacto que la pandemia ha tenido en los chicos, y sabemos que el acceso a la tecnología no garantiza los aprendizajes".
Las clases presenciales no son obligatorias, pero las autoridades provinciales dijeron que el acatamiento había sido alto. Los que asistieron fueron a su vez divididos en tres grupos por aula, debiendo guardar una distancia de 1.5 metros entre ellos y dos metros con la maestra.
“Ha sido bueno poder ver a mis compañeros de vuelta, los extrañaba, no los podía ver por la cuarentena”, comentó Marcos, un alumno de sexto grado, cuyo apellido las autoridades escolares preservaron. Su compañera Priscila, en cambio, admitió que “no me siento cómoda usando todas las cosas, más por el barbijo”.
La directora del plantel, Mary Liliana Díaz, contó que los alumnos quisieron jugar a la pelota en el recreo, pero tuvo que explicarles que tienen que mantener “orden e higiene” y que por eso también cada uno tuvo que llevarse su vianda.
“Lleva su tiempo, estamos acostumbrándonos a otra vida, como docentes tenemos que enseñarles continuamente a cuidarse. Lo han aprendido, pero ahora deben tomarlo como hábito”, indicó Díaz.
En Argentina la pandemia coincidió con el inicio del ciclo lectivo. Los estudiantes habían tenido apenas un par de semanas de clases cuando el gobierno cerró las escuelas el 15 de marzo, cinco días antes de decretar la cuarentena obligatoria. Está previsto que el ciclo escolar de 2020 termine en diciembre, como usualmente.
"Es muy necesaria la clase con los alumnos presentes. Ellos empiezan ahora un aprendizaje en el cumplimiento de las medidas de seguridad que tienen que convertirse en un hábito", declaró la directora.
La continuidad de las clases bajo la modalidad virtual ha sido todo un reto para un país con profundas desigualdades sociales y de conectividad, admitió el ministro de Educación nacional Nicolás Trotta.
Si bien no hay todavía cifras sobre deserción escolar, el funcionario reconoció que “es una preocupación”, en especial en el nivel secundario, como consecuencia del impacto social y el cambio de rutinas que implicó la pandemia.
La próxima provincia que retomará las clases presenciales será Catamarca el 18 de agosto. En cambio, es incierto lo que sucederá en Buenos Aires, el distrito más poblado y que concentra casi el 90 por ciento de los contagiados en todo el país.
En San Juan, donde desde marzo solo se registraron 22 casos de coronavirus, se reanudaron las clases presenciales en 14 de los 19 departamentos, quedando excluida la capital provincial y sus alrededores. El gobernador Sergio Uñac aseguró que dentro de dos semanas se incorporará a todas las escuelas.
“No vamos a apurar ninguna decisión. Hay diferentes realidades epidemiológicas en Argentina y San Juan es un ejemplo”, destacó el ministro Trotta. “Somos conscientes que la pandemia genera un impacto en términos educativos y afecta psico-socialmente a los chicos (pero) no nos apuramos porque hay que cuidar la salud”.
dmr