El Tribunal Supremo Electoral de Brasil dijo que no había llegado a ningún acuerdo con los militares para realizar un recuento de votos paralelo para las elecciones de octubre, en un contexto de tensión por el cuestionamiento del presidente Jair Bolsonaro a la credibilidad del sistema.
Bolsonaro ha hecho acusaciones infundadas de fraude electoral y ha presionado para que las fuerzas armadas lleven a cabo su propio recuento de votos, como parte de una campaña que críticos dicen que está preparando para no reconocer una derrota.
El mandatario se encuentra actualmente por debajo del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en las encuestas, aunque ha subido ligeramente en las últimas semanas, pasando del pasó del 32 al 34 por ciento, mientras que el veterano ex mandatario se ha mantenido en 45 por ciento, según Datafolha.
La declaración del Tribunal Supremo Electoral (TSE) se da después de que el diario Folha de Sao Paulo informó de que técnicos militares hicieron arreglos para visitar 385 lugares de votación y tomar fotos de la lectura final de las urnas, que serían enviadas a una unidad de guerra cibernética en Brasilia para verificar los resultados en tiempo real.
El plan, informó Folha citando a oficiales militares no identificados, "garantizaría con un 95 por ciento de confianza" el resultado final de la votación. El periódico dijo que el juez de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes, actual jefe del TSE, había llegado a un acuerdo con las fuerzas armadas el 31 de agosto permitiendo a los técnicos militares el acceso a los resultados.
El Ministerio de Defensa de Brasil no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. En su comunicado del lunes, el TSE dijo que "no hubo ningún cambio en lo definido en el primer semestre, ni ningún acuerdo con las Fuerzas Armadas o entidades de supervisión para permitir el acceso diferenciado en tiempo real a los datos enviados para la totalización del proceso electoral".
La corte añadió que, como en muchas elecciones anteriores, cualquier persona puede ir a las cabinas de votación y acceder a las lecturas finales disponibles libremente para realizar su propio recuento. La declaración del TSE sugirió que los militares podrían estar simplemente haciendo uso de los derechos preexistentes de cualquier ciudadano o institución brasileña para verificar los resultados electorales.
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