Desde que opera el llamado Plan Control Territorial en El Salvador —un polémico plan que con operativos policiales más represivos se busca ‘exterminar’ a las pandillas—, es común ver vehículos militares, abriéndose paso por las calles de departamentos donde la Mara Salvatrucha, Barrio 18 y otros grupos criminales administran la violencia.
Esta tarde, media docena de estos armatostes ronronean en Cuscatlán, un manchón de casas de madera y cartón, ubicado a una hora de la capital. Los vehículos artillados avanzan como tiburones a la caza. Los pandilleros saben que ellos son la presa. Por eso echan a correr a los cerros: para huir de los Yagu, una mezcla de motocicleta razor y tanqueta que el gobierno Nayib Bukele adquirió en México para echar a andar el plan de control.
“La ayuda de estos vehículos ha sido fundamental para erradicar a las pandillas”, dice a MILENIO el ministro de Defensa salvadoreño, René Merino. “Son la piedra angular de la estrategia”.
Los Yagu soportan impactos de bala de alto calibre: tiene un blindaje de más seis. “Está fabricado ciento por ciento con polietilenos balísticos”, dice Arturo Ávila, presidente de la compañía Industrial Militares, ubicada en Aguascalientes, la empresa que vendió 40 vehículos Yagu a El Salvador. “Es un material muy ligero que representa el diez por ciento de lo que pesaría el acero balístico en uno de estos vehículos”.
Ávila cuenta que modificaron el chasis, la suspensión, el espacio y agregaron cámaras. “Ahora tenemos un vehículo todo terreno que pesa unos 600 kilos y que se puede desplazar a una velocidad de hasta 130 kilómetros por hora. En vez de tres pasajeros ahora viajan cuatro. Y se colocaron cámaras exteriores para una visualización de 360 grados”.
El diseño de los Yagu tardó alrededor de diez años. Fue presentado al mundo en 2018, en París, durante una feria militar. Ese año ganó el premio al mejor vehículo de guerra. Incluso recibió la distinción del vehículo militar más sexi del mundo.
“Estos vehículos van acompañados de drones, de armas automáticas y de un mástil electrónico que se eleva más de diez metros para alcanzar objetivos a más de diez kilómetros”, cuenta Ávila, quien está convencido de que sus vehículos ayudan a frenar la criminalidad. “El empleo eficiente de estos vehículos ha ayudado a que el plan de control tenga resultados innegable. Se ha logrado frenar una criminalidad que los gobiernos anteriores salvadoreños se habían resignado a vivir con ella. Ahora, con los Yagu se ha revertido y se ha logrado algo sin precedente”.
Los Yagu, cuenta Ávila, portan armas de alto poder, operados por computadora. Cuentan con cámaras infrarrojas, de calor y de visión 360 grados. Incluso las llantas están blindadas. “Por eso son las favoritas de patrullas fronterizas”, dice y agrega que el Yagu ha despertado interés en ejércitos de otros países. “Y de policías estatales y municipales de México”.
El ministro Merino dice a MILENIO que los Yagu han generado tal pánico entre los pandilleros que varios han preferido entregarse en vez de confrontarlos. “Generan un efecto disuasivo porque los pandilleros conocen las capacidades que tiene el vehículo. Saben que no pueden enfrentarnos”.
Desde hace tres meses que entró en vigor el Plan Control Territorial, más de 41 mil pandilleros han sido arrestados, se han incautado 896 armas y mil 95 vehículos, además de que más de 40 mil dosis de droga han salido del mercado.
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