Mario Sepúlveda, uno de los 33 mineros sobrevivientes del derrumbe en el yacimiento de San José, Chile, señaló que no hay nada más importante que la unión para poder rescatar a los 10 trabajadores atrapados en la mina de carbón El Pinabete, en Sabinas, Coahuila.
“No se dejen llevar por los malos comentarios, que hagan fuerza como equipo, como familia, lo único que hoy queda es aferrarse al amor divino que Dios le tiene a los seres humanos.
“No se desunan y orar mucho. México siempre ha destacado por ser muy espiritualmente creyente, nosotros de esta parte del mundo vemos a la virgencita de Guadalupe que hace bastantes milagros”, señaló en entrevista para MILENIO Televisión.
El pasado 5 de agosto se cumplieron 12 años del rescate de 33 mineros, 32 chilenos y un boliviano, que por 69 días permanecieron atrapados.
“Hace un rato estaba hablando con mi compañero de este gran milagro que Dios hizo (...), nosotros ya quedamos permanentemente con traumas, con el recuerdo eterno de lo que pasamos ahí”.
—¿Cómo se vive esta tragedia?
—Se me paran los pelitos de pensar, quiero no tener rabia para responder, voy a ser lo más correcto posible, pero da mucho sentimiento encontrado. Los primeros días fueron de mucha incertidumbre, saber si nos sacaban o no. Toda la gente pensaba que estábamos muertos.
Mencionó que él y sus compañeros estuvieron a más de 650 metros bajo tierra. “Nuestra apuesta era mantenernos vivos con trabajo en equipo, ocupar herramientas que hay abajo para ver si encontrábamos una vía de escape, cosa que nunca encontramos”.
Recordó que había agua contaminada, por lo que aprendieron a filtrarla, se quedaron sin luz, pero contaban con lámparas y profesionales en electricidad, así como baterías de las maquinaria.
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