Un militante e intelectual libanés, Lokman Slim, conocido por sus ideas muy críticas con el movimiento chiita Hezbolá fue hallado muerto por disparos de bala este jueves en su automóvil.
Slim, ensayista chiita y conocido comentarista político, fue encontrado "muerto (...) en su vehículo" en el sur del Líbano, según indicó inicialmente a la AFP una fuente de seguridad.
La prensa libanesa también informó de la muerte de este militante de 58 años, que abogaba por la democracia y el laicismo, y se oponía al sistema confesional que impera en la política de Líbano.
La esposa había denunciado su desaparición el miércoles por la noche, cuando el activista volvía a Beirut en su automóvil, tras visitar a un amigo en el sur, feudo de Hezbolá.
El examen de un médico forense estableció que Slim había sido impactado por cinco balas en la cabeza y una en la espalda, y fijó su fallecimiento en las primeras horas de la madrugada del jueves.
Slim, que se reunía a veces con responsables estadunidenses de paso por Beirut, fue a menudo atacado por la prensa pro-Hezbolá por sus posiciones consideradas favorables hacia Estados Unidos.
Solía denunciar el peso político de dos pesos pesados chiitas, Hezbolá y Amal, en el seno de la comunidad libanesa.
El secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, calificó el asesinato de Slim de "atroz" y dijo que se trataba de un acto "cobarde e inaceptable" para silenciarle.
"Instamos a las autoridades libanesas, incluyendo a los líderes políticos y judiciales, a hacer que quienes cometieron estos actos bárbaros rindan cuentas sin demora o excepción", declaró Blinken en un comunicado.
El Hezbolá, señalado por sus detractores como sospechoso, negó de inmediato cualquier implicación en la muerte del activista.
Este movimiento chiita, representado en el parlamento y el gobierno del país, es la única facción libanesa que no ha desmantelado su arsenal militar tras la guerra civil.
JLMR