El discurso del fraude llegó a Brasil. La misión de observación internacional que lidera México a cargo del consejero presidente Lorenzo Córdova, buscará revertir en las próximas horas, la narrativa del presidente Jair Bolsonaro sobre un supuesto fraude en las elecciones presidenciales del próximo domingo, para evitar que Brasil enfrente conflictos postelectorales violentos como los de Estados Unidos.
La narrativa de que las autoridades electorales arman complots para manipular la voluntad de la ciudadanía, pasó de México con Andrés Manuel López Obrador, a Estados Unidos con Donald Trump y ahora, se ha impuesto en Brasil con Jair Bolsonaro. Con la diferencia de que el primer caso, se dio desde la oposición frente a partidos hegemónicos que gobernaron toda la historia del país, y los dos últimos escenarios, han sido creados desde el poder ante una intención de reelección.
Donald Trump acusando que el fraude se fraguaría con el voto postal anticipado, y Jair Bolsonaro ahora, asegura que las urnas electrónicas utilizadas en ese país desde 1996, serán hackeadas para beneficiar a su opositor Luiz Inácio Lula da Silva que busca volver a la presidencia.
El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova defenderá la confiabilidad de los procesos electorales, tal como lo ha hecho en México, pero ahora desde Brasil. Técnicos de varios países, incluido México replicarán esta narrativa del presidente brasileño sobre el supuesto fraude electoral, con el objetivo de que la ciudadanía brasileña tenga confianza de salir a votar y de los resultados que se emitirán la noche del domingo 2 de octubre, tras la primera vuelta presidencial.
El informe final que presentará Córdova Vianello junto con los integrantes de la misión electoral, en conferencia de prensa en Brasil previo a la votación, demostrarán que las urnas electrónicas sí son confiables, que no pueden ser hackeadas o manipuladas, y que han impuesto certeza en los procesos brasileños. Y exhibirá que los partidos políticos prácticamente en su totalidad, funcionarios públicos, la Viceprocuraduría General Electoral, la Secretaría de Tecnologías de la Información y la Policía Federal de Brasil confirman su confiabilidad.
Las conclusiones que incluirán los resultados de la auditoría que realizaron técnicos especializados en urnas electrónicas, se apega al proyecto de avanzada que presentó la Unión Interamericana de Organismos Electorales ante las autoridades electorales de Brasil y del que MILENIO tiene una copia, en el que destaca que el discurso del Poder Ejecutivo en Brasil que acusa a las autoridades electorales de fraguar un fraude mediante las urnas electrónicas, es sólo una narrativa más para poner en duda su independencia.
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Ante los mensajes en campaña de Bolsonaro que comenzaron a impactar en la ciudadanía, se decidió hacer una misión técnica que realizará una auditoría para las 577 mil urnas electrónicas que se distribuirán en 460 mil secciones electorales de todo el país el próximo domingo.
Las urnas cuentan con los datos biométricos de 120 millones de ciudadanos, lo que impide la duplicidad de votos; se realizaron pruebas técnicas que demostrarán que sus niveles de seguridad impiden cualquier tipo de hackeos y que muestra de ello, es que “nunca se ha alterado un resultado ni existe una resolución de las autoridades que haya modificado los resultados”, desde su implementación hace casi tres décadas.
En las más recientes encuestas, las urnas electrónicas contaban con el 79 por ciento de confiabilidad en el país y los estándares internacionales le dan un 95 por ciento.
La misión concluye que “la autoridad electoral de Brasil, el Tribunal Superior Electoral goza de un amplio reconocimiento de los sectores político, social, mediático, académico, entre otros. El aspecto a destacar de su actuación es que el tribunal es considerado un ente profesional, competente en materia organizativa y en términos legales. Y varios sectores enfatizan su imparcialidad e independencia en relación con los partidos políticos y otros poderes del Estado. Sin embargo, hay un sector del Ejecutivo que critica su autonomía, tema que integra el debate político democrático en Brasil que antecede a las elecciones del 2 de octubre”.
En el documento de avanzada, Julio Valente, secretario de Tecnologías de la Información dijo que la urna electrónica en Brasil es segura y confiable y que ha sido “la solución a los fraudes, la falsedad de datos en las actas de escrutinio y cómputo, el doble voto, la posibilidad de que los fallecidos votaran e irregularidades en los resultados electorales”; mientras el director de la Policía Federal de Brasil, Marcos Núñez dijo que “hay apoyo y confianza, por lo que se ha reforzado la transparencia con que blindarán las urnas antes, durante y después de la votación”.
Paulo Gonnet, viceprocurador General Electoral señaló que no ha recibido denuncias formales en contra de las urnas electrónicas que él mismo calificó como una herramienta muy segura y confiable, y que “corrige los errores en el llenado de actas, mejore la efectividad de los resultados, contribuye a disminuir los costos en la organización de las elecciones”, los partidos políticos consideraron que los ataques de Bolsonaro contra las urnas electrónicas es sólo una postura política pues no existen pruebas de que fomenten supuestos fraudes.
Esta misión que busca evitar que Brasil repita la misma historia postelectoral de Estados Unidos que terminó en la violación a la seguridad del Capitolio, considerado hasta entonces uno de los lugares más resguardados del mundo, está conformada por Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral como Jefe de la Misión; Román Jáquez Liranzo, presidente de la Junta Central Electoral de la República Dominicana.
Así como Eugenia María Zamora Chavarría, magistrada presidenta del Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica; Alberto Dalla Vía, vicepresidenta de la Cámara Nacional Electoral de Argentina y Sofía Vincenzi, coordinadora de Operaciones del Instituto Interamericano de Derechos Humanos-Centro de Asesoría y Promoción Electoral, quienes participaron y guiaron estos estudios, y que supervisarán la jornada electoral que de no lograr la votación de más del 50 por ciento para un solo candidato, pasará a una segunda vuelta el 30 de octubre.
ATC