Los esfuerzos para suspender el sitio web 8chan, donde el atacante de El Paso publicó un “manifiesto” racista antes de asesinar a 22 personas, subrayan las dificultades legales y éticas para controlar los discursos de odio en las redes que fomentan la violencia.
La empresa de seguridad e infraestructura digital Cloudflare dijo el domingo pasado que no seguirá prestando sus servicios a 8chan, por lo que será más difícil que el tablero de mensajes se mantenga en línea.
Pero unas horas más tarde, un administrador de 8chan anunció que el servicio se trasladaría a BitMitigate, que se define como un proveedor de seguridad “no discriminatorio que opera en máxima coherencia con la libertad de expresión”.
El foro de 8chan es el último en poner sobre la mesa la cuestión del control en internet sin reprimir los derechos digitales o la libertad de expresión.
Mark Potok, un investigador del Centre for Analysis of the Radical Right, consideró totalmente apropiado que las compañías privadas dejen de prestar servicios a sitios web como 8chan.
8chan es “un sumidero de gente incitándose a toda forma de violencia, no solo violencia contra la gente de color sino también contra mujeres y más”, afirma Potok.
“La aplicación de la ley debería permitir controlar 8chan y lugares parecidos sin violar los derechos de las personas”, explicó.
8chan, que se define como un sitio dedicado a “los tramos más oscuros de internet”, permaneció inaccesible el lunes por la mañana, pero sus administradores anunciaron en Twitter que buscarán una solución en las próximas horas.
El tiroteo de El Paso, Texas, el pasado sábado, dio lugar a nuevas peticiones para aumentar los esfuerzos y eliminar la violencia.
“Las plataformas tecnológicas tienen la responsabilidad de filtrar a los grupos extremistas que incitan a la violencia”, dice Darrel West, director del Centro para la Innovación Tecnológica de Brookings Institution.
“No es un asunto de libertad de expresión, porque no existe el derecho de incitar a otros a la violencia. Para la sociedad es muy dañino permitir que algunas personas promulguen la violencia, el discurso del odio y las acciones que ponen en peligro a otras personas”, añadió.
El presidente Donald Trump dijo el lunes que internet “proporcionó una posibilidad peligrosa de radicalizar a las mentes perturbadas y llevar a cabo actos demenciales”. “Debemos arrojar luz a los agujeros de internet para frenar los ataques masivos antes de que empiecen”, añadió.
Pero Karen Kornbluh, directora de la iniciativa de democracia de innovación digital del centro de pensamiento German Marshall Fund, dijo que es difícil para las empresas determinar cuándo eliminar contenido y que una manera de que las compañías hagan frente a la incitación a la violencia es el denunciar cualquier posible actividad criminal a la policía.
El presidente ejecutivo de Cloudflare, Matthew Prince, defendió su decisión de cerrar 8chan al describirlo como un lugar “sin ley”, responsable de “muertes trágicas”.
“Aunque 8chan pueda no haber violado la ley al oponerse a moderar su comunidad llena de odio, crearon un ambiente que se deleita en violar ese espíritu”, asegura Prince en una publicación en línea.
Se cree que poco antes del tiroteo de El Paso el sospechoso, un hombre blanco identificado por los medios como Patrick Crusius, publicó un “manifiesto” racista en 8chan que incluye pasajes contra la “invasión hispana” de Texas.
El autor elogió los ataques en marzo pasado a dos mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda, que también se anunciaron en 8chan, en un escrito racista presuntamente publicado por el atacante de aquella masacre.